Javier Solórzano Zinser

El riesgo, que se la lleven al baile

QUEBRADERO

Javier Solórzano Zinser*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Javier Solórzano Zinser
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Si bien el Frente Amplio por México logró solventar la primera etapa del proceso para elegir candidato a la Presidencia, quedó claro que el peso de los partidos políticos prevalece y prevalecerá.

PRI y PAN mantuvieron la hegemonía. El PRD quedó fuera de la jugada, ninguno de sus dos aspirantes pasó a la siguiente ronda, no tanto por no alcanzar las firmas, sino por tener la cobertura de 17 entidades.

Ayer su dirigencia habló de que van a tener una “pausa” con el Frente, debido a la forma en que fueron descartados sus aspirantes. No queda claro si es sólo un amague o se van a tomar en serio su decisión, porque en caso de que opten por salirse del Frente podrían estar ahora si ante el principio del fin.

El resultado junto con el proceso que ha vivido a lo largo de los últimos años dejan al PRD fuera de cualquier tipo de negociación. No tiene representación nacional que le diera fuerza y esto en términos de la alianza tiene un costo. A pesar del resultado, a los pocos perredistas les conviene más participar en ella que salirse; lo de la “pausa” parece una especie de amenaza que no se ve cómo pueda trascender.

Tres de los cuatro finalistas aspirantes tuvieron en sus partidos la base de las firmas. El caso de Xóchitl Gálvez está para revisarse, porque el fuerte de las firmas no recayó en el PAN, sino en el registro universal, el partido le dio mayor apoyo a Santiago Creel. Si nos atenemos al resultado del blanquiazul, está dividido en el tema. Podría deberse a que la legisladora nunca ha pertenecido al partido por más que haya sido parte de gobiernos blanquiazules, o sea, senadora externa.

Habrá que revisar qué consecuencias puede tener que la hidalguense haya tenido un poco más de la tercera parte del total de las firmas, se llegó a pensar que podría tener una mayor cantidad de firmas y que superaría con claridad a sus adversarios.

Los foros podrán dar más elementos de definición. Será un terreno de juego libre en donde no se puede perder de vista la capacidad de los otros tres finalistas considerando que son gente preparada y muy hecha en la vida política.

Más allá del talante de Xóchitl, no se puede perder de vista que va a estar expuesta por más que hoy de manera clara las simpatías estén en lo general con ella. Las cosas tienen su dosis de incertidumbre, a pesar de que tiene en este momento una ventaja real que no solamente se mide en las firmas.

Está a la vista que va sumando cada vez más seguidores, lo cual, si bien es un elemento altamente positivo, más ante la adversaria que podría tener en 2024, las circunstancias la podrían dejar con la candidatura, pero no necesariamente con el apoyo de las fuerzas partidistas del Frente. Sin embargo, el escenario no necesariamente le sería desfavorable, aunque podría recibir cierto desdén por parte de los partidos del Frente.

Lo que puede ser un factor es que la marca PRI sigue siendo de riesgo. Es una de las referencias más reiteradas por el Presidente respecto al pasado, a pesar de que ese pasado pasó por su vida. Como fuere, no se puede soslayar que tanto Beatriz Paredes como Enrique de la Madrid son cuadros formados en la política y que cuentan, a querer o no, con un prestigio ganado.

Para ser competitivo en serio la clave está en si Xóchitl tiene la capacidad de meterse entre la ciudadanía para que su base no sean necesariamente los veleidosos y desprestigiados, los cuales todo indica andan tras otros objetivos.

Parece que están dando por perdida la Presidencia y, por ello, están pensando en candidatos a los muchos cargos que estarán en juego.

El problema para Xóchitl es que se la lleven al baile, su opción real está en la ciudadanía.

RESQUICIOS.

Son diversos los factores que hacen posible la reducción de la pobreza. Se debe valorar lo que está sucediendo, ahora lo importante es ver si hay tendencia y atender dos áreas estratégicas en plena adversidad: la salud y el estancamiento de la pobreza extrema.