Javier Solórzano Zinser

Xóchitl anda sola

QUEBRADERO

Javier Solórzano Zinser*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Javier Solórzano Zinser
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

El Frente Amplio por México necesita hacer mucho más de lo poco que hace por Xóchitl Gálvez.

Algunos la andan colocando en tercer lugar en un intento más de descrédito y menosprecio. Al hacerlo no se trata de quién podría estar en segundo lugar, sino más bien se busca empujar más a Claudia.

Xóchitl está en medio de una batalla que en muchos momentos está librando sola. Las cosas llegan a tal grado que en el aeropuerto le crean situaciones para señalarla, en el mejor de los casos, a través de grabaciones falsas con provocadores.

La guerra sucia está entrando en terrenos riesgosos y peligrosos. Es atractiva para los medios y las redes, pero también provoca reacciones y crea falsas ideas de lo que pasa con quienes están participando en las contiendas políticas. No hay manera de evitarlo, porque además no existe un clima de civilidad política. La mañanera es uno de los elementos en que se vierten opiniones y señalamientos que se expanden y se colocan como consignas y verdades.

El FAM tiene que organizarse de manera diferente antes de pensar en sus alianzas para la gran cantidad de candidaturas que van a estar en juego. La idea expuesta en diversos momentos, en el sentido que dejarían a Xóchitl sola en su lucha por la Presidencia y más bien estarían peleando con todo por las candidaturas en juego, a querer o no, pareciera que tiene forma.

Gálvez está materialmente atrapada en los partidos. Se ha movilizado por el país como ha podido. Sin duda ha avanzado, pero todavía está muy lejos de Claudia Sheinbaum, a quien cada vez se le ve más de la mano del aparato que la protege. También cada vez surgen más indicios en el sentido de que la elección de Claudia fue directa del inquilino de Palacio Nacional.

A pesar de que no hay cómo reponer el proceso no hay que perder de vista a Marcelo Ebrard. Si bien cada vez se ve más diluido, no ha quitado el dedo del renglón respecto a sus inconformidades, las cuales entregó al Tribunal Electoral, en medio de la molestia de muchos morenistas empezando por su dirigencia, la cual se mueve al son que le toque Palacio Nacional o la candidata.

Ebrard mantiene su firme interés por ser candidato a la Presidencia. Sabe que su deseo no puede pasar de manera alguna por Morena. Quizá su empeño en cuestionar el proceso, el cual queda claro que nunca hubiera ganado, tiene que ver con no dejar de hacer públicas sus intenciones, buscando seguir en el imaginario colectivo y que los partidos de oposición no lo pierdan de vista.

Lo que pase con Marcelo todo indica que no está en la ventanilla de Morena. Por ahora se alcanza a verle sólo en Movimiento Ciudadano, que, por cierto, ha decidido dar a conocer a su candidato el 20 de enero del año que entra.

Ante indefinidos escenarios, no se alcanza a entender cómo el Frente no se vuelca en apoyo y defensa de Xóchitl. Si no está con ella sus posibilidades competitivas, que de suyo son profundamente complicadas, se van a diluir.

La hidalguense no va a dejar de estar en el centro del huracán. Esto es precisamente lo que quieren en Morena y no van a dejar de hacerlo. Están buscando evidenciar a Xóchitl, porque es evidente que una parte sustancial de ella les incomoda por lo que representa y por la forma en que se expresa.

Los escenarios están colocando a Marcelo Ebrard cada vez más aislado. No tiene sentido que regrese a Morena y no pareciera que algún partido político se la vaya a jugar con él.

Claudia está empoderada y avanza. Xóchitl lucha, pero no la apoyan. Ebrard está tratando de vender su derrota y a ver qué pesca. Samuel es un emergente que le da cara a MC, pero trae un lío en su estado que para lo que venga tiene que resolverlo.

RESQUICIOS.

En el bailongo que han convertido la búsqueda de la candidatura en Morena por el Gobierno de la Ciudad no hay día en que no aparezca uno. Algunos se bajan porque les pusieron freno o porque saben que no llegarán a la esquina y más vale quedarse con lo que tienen; otros más se suman para ver qué cachan.