A pesar de las 7 críticas cartas que Dante Delgado le ha enviado al presidente y de las referencias también críticas, algunas de ellas más bien tímidas, de Jorge Álvarez Máynez a la candidata del oficialismo, no se aprecian diferencias sustanciales que lleven a ver a MC como el gran adversario del presidente y su partido.
No tiene sentido que Máynez ceda su candidatura a Xóchitl Gálvez para formar un frente amplio. MC tiene sus razones para no hacerlo. En la que más insisten es que el proyecto del partido está pensado para romper tajantemente con el pasado político y que ellos tiene su propio rumbo.
En MC se dice en voz baja que más que estar trabajando para el 2024 lo que están haciendo es que con base en este punto de partida se van a dirigir las baterías al 2027 y sobre todo a la elección presidencial del 2030; no hay que darle muchas vueltas para entender que de aquí a esa fecha pueden presentarse una infinidad de escenarios.
La gran paradoja es que todos los partidos, incluyendo a MC, se la pasan quejándose del pasado pero se han estructurado en función de tiempos que ahora resultan totalmente fustigados.
No quieren el pasado, pero no hay quien se salve. Morena tiene una estructura con una gran cantidad de cuadros priistas, incluso panistas, muchos de los cuales son la manifestación de ese pasado y además son artífices de muchas de las tropelías las cuales hoy se señalan para tratar de evidenciar una nueva gobernabilidad.
El gran problema que enfrenta la sociedad es que buena aparte de los partidos huyen del pasado, pero se han estructurado con ese pasado. En el caso de Morena pareciera que priístas y panistas con tan solo integrarse al partido les perdonan sus pecados.
MC ha tratado de ser cuidadoso y disciplinado. El proceso por el cual seleccionaron a su candidato a la presidencia cumplió en tiempos. El problema es que materialmente se desbocaron con la elección inicial del gobernador de Nuevo León, la cual no fue aceptada por el Congreso del estado siendo avalada por los tribunales electorales. Ante esta determinación, Jorge Álvarez Máynez fue seleccionado en medio de una singular definición en un palco en el estadio de los Tigueeeeres.
Para que MC cediera su candidatura tendría que ser una oposición que tuviera coincidencias con los planteamientos en que se asegura que hay que cambiar el proyecto de la 4T. El Frente argumenta con razón que se está destruyendo el régimen democrático, al tiempo que estamos volviendo los 60 y los 70 con la concentración del poder en la presidencia.
No es sólo eso. También se señala que se ha venido desmontando la organización democrática electoral sobre la cual hemos desarrollado la vida política en los últimos años. Las críticas de MC pasan sólo por algunos momentos sobre esta crítica.
No se alcanza a apreciar una mirada tan severa como la que el Frente que encabeza Xóchitl Gálvez tiene sobre estos temas. Los debates han mostrado que MC, vía Máynez, tiene en la mira a la “candidata del PRIAN” al tiempo que tiene bajo otras consideraciones a la “doctora”. Dice mucho la forma en que se dirige a una y a otra candidata.
Los dos pasados debates probablemente le dieron a Máynez y a MC una nueva perspectiva de donde están. Sin embargo, pareciera que más bien están haciendo cuentas alegres porque las diferencias entre Xóchitl y Máynez son suficientemente amplias para ver que con todo y la gran ventaja que tiene la candidata del oficialismo la elección va a terminar siendo de dos.
Más allá de las diferencias que puedan existir entre el Frente y MC no se ven razones de fondo para subirse al mismo barco. Xóchitl a menudo enfrenta la marca PAN PRI, MC y no tiene por qué cargar a estos partidos.
RESQUICIOS.
Independientemente de la valoración que se haga sobre el segundo debate es un gran dato que haya sido el más visto de la historia. Habla de un interés ciudadano, por más que los debates se ven solo a ratos.