Josefina Vázquez Mota

Hay que sacar el odio del poder

SIN MIEDO

Josefina Vázquez Mota*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Josefina Vázquez Mota
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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El único antídoto para combatir el odio es el amor, nadie puede llevar esperanza si actúa desde el enojo y la venganza.

La psicología dice que el odio puede llevar a actuar con deseos de venganza, es decir, tener un conjunto de conductas y acciones con el propósito de perjudicar o dañar a una persona o colectivo. Y eso es justo lo que nos han recetado en la mañanera durante cinco años.

Como dijera mi amiga y compañera Xóchitl Gálvez, “odiar es el verbo de este viejo régimen de un solo hombre”.

Por eso coincido con ella cuando dice que “amar debe ser el verbo del nuevo gobierno”, porque eso es justo lo que necesita México, un gobierno que, en lugar de restar y dividir, sume.

La Real Academia Española define al odio como “la antipatía y aversión hacia algo o hacia alguien, cuyo mal se desea”; mientras que, al amor, lo describe “como un sentimiento hacia otra persona, que procura reciprocidad, deseo de unión, alegría y comunicación”.

Quien actúa bajo el refrán “ojo por ojo, diente por diente”, no ha entendido lo que es el amor, y no se trata de romantizar, no, se trata de construir un México sin odio.

Hoy, como dijo mi querida Xóchitl, “es momento de “arrebatarle el poder a unos cuantos para dárselo a todos los ciudadanos”, porque sólo trabajando en conjunto tendremos un México más justo.

Está clarísimo que cuando siembras odio, los resultados no son los mejores, porque el odio es destrucción, y eso es lo que este régimen ha venido haciendo desde hace cinco años.

La buena noticia es que ha llegado el momento de hacer el cambio, de sacar de Palacio Nacional al odio para darle paso al amor.

Apostemos a ser constructores de paz, para así acabar con la autocracia y la polarización. Vayamos por la reconciliación, por la suma de voluntades.

Hace unos meses había muchas voces diciendo que no había nadie que pudiera sacar al odio de Palacio Nacional, hoy desde la oposición hay una oportunidad, y ésa es Xóchitl Gálvez.

Ha llegado el momento de acabar con la negatividad para apostarle a la renovación, al cambio, pero, sobre todo, a la unidad.

Hoy la esperanza nos pertenece a quienes amamos y buscamos la paz. Hoy como dijera Xóchitl, la esperanza “ha cambiado de manos, está de nuestro lado y no la vamos a soltar hasta lograr el sueño mexicano”.