Mis indispensables en 2022 (II)

LA UTORA

Julia Santibáñez<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Julia Santibáñez*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Va la segunda y última parte de los libros que perfilaron mi año. Por ellos me reconocí aristas poco frecuentadas —cuando el duelo me vuelve outsider de mí misma— o viajes descomunales del ego —días en los que estoy segura de que mataría con palabras un dragón.

4. DIARIO, Socorro Venegas, Ceniza roja, ilustraciones de Gabriel Pacheco, Páginas de Espuma, Madrid, 2022: “Vuelvan a mí como agua confusa, como aves distraídas, como pasos de ciervo en el aire. Vuelvan a mí —alzo el rostro para recibir la lluvia—, vuelvan, queridas, pequeñas cosas de cada día: la taza de café que compartimos, el beso en la nuca, la mirada que decidía quién abría la puerta. Cuánto ha perdido quien pierde un regazo”.

La despresencia, la muerte de la pareja estalla todo por dentro. Cuando la narradora puede pensar un poco más allá del dolor, se maravilla de tener todavía un corazón. Con esfuerzo borda silencios y oraciones de belleza pertinaz: aquí el dolor es un proceso recio como la sangre, que integra la angustia de nombrar todo de nuevo. Las ilustraciones iluminan el texto. Lo desdoblan.

5. SOBRE ESCRIBIR, Leila Guerriero, Zona de obras, Anagrama, México, 2022: “Hay días así. Los largos días en los que no sucede nada.... No hay buen ni mal humor. Sólo vos, como una caja vacía... Te envuelve una cáscara brumosa, las escaras terminales de un desánimo molecular. Hasta que esa cosa insalubre, dañina, ese calambre, ese pálido fuego llega... Un comienzo. Algo que llega desde un sitio al que nunca se puede ir a buscar nada porque no se sabe dónde está. Un sitio vedado del que, cada tanto, se desprende una frase como un trance”.

Tiene ojos enormes. No únicamente por sí, también por cómo han aprendido a mirar, de forma oblicua. En esta selección tanto de conferencias como de columnas, Guerriero aborda la trastienda del oficio de las palabras cuando el autor aspira a que lo escrito constituya una forma del arte. La paciencia dura. La furia. La soledad. La obsesión enferma que demanda.

6. VOCES REVALORADAS, Atlas de literatura latinoamericana (Arquitectura inestable), edición de Clara Obligado, ilustraciones de Agustín Comotto, Nórdica Libros, Madrid, 2022: “[Se trata de] un itinerario de libros, una cartografía que refleja qué leen los autores y autoras de hoy, qué nos recomendarían, qué textos del viejo canon perviven o se deben sumar”.

Perfila, en cincuenta entradas emocionantes, a escritoras y escritores que enriquecieron sin candidez el panorama literario en español: ya me apunté buscar a la venezolana Elizabeth Schön y al panameño Rogelio Sinán. Algunos reciben una atención parca, otros son bien leídos, pero cada caso merece pertenecer al canon literario, ese territorio movedizo. Los comentan sabrosamente Liliana Colanzi, Andrés Neuman, Mónica Ojeda, Antonio Ortuño, entre otros.

P. D. Deseo para ti, que lees, un buen inicio de 2023, el país lejano que de pronto nos alcanzó.

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