Ganamos todos o perdemos todos

ENFOQUE MANUAL

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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La victoria del partido del actual gobierno tiene nombre y apellido desde hace mucho tiempo, al igual para quienes perdieron en la contienda electoral por la presidencia de este país.

Al igual que quien triunfa, el que pierde también tiene nombre y apellido y en este caso son cuatro.

No perdió la candidata de la oposición Xóchitl Gálvez, sino las tres cabezas que le acompañaron y le planearon la campaña por todo el país, así que Alejandro Moreno, presidente del Partido Revolucionario Institucional, Marko Cortés, presidente del Partido Acción Nacional y Jesús Zambrano presidente del Partido de la Revolución Democrática.

Es curioso que, en la cúpula política opositora, todavía quieran sostenerse bajo la división de “nosotros no perdimos”, la que perdió fue la candidata y a una semana y media de los comicios electorales no hayan emitido ninguna declaración con respecto a su derrota estratégica y como líderes de partidos políticos que pareciera que se han vuelto obsoletos por su nula capacidad de adaptarse a las “nuevas” narrativas.

En la foto tomada por el fotoperiodista mexicano Luis Cortés para la agencia REUTERS, vemos a las tres cabezas de los partidos que conformaron la Alianza y a Xóchitl en la misma línea, y por supuesto a parte del equipo de campaña.

La candidata presidencial de oposición Xóchitl Gálvez al cierre de las casillas el pasado 2 de junio, acompañada de Alejandro Moreno, Jesús Zambrano y Marko Cortés
La candidata presidencial de oposición Xóchitl Gálvez al cierre de las casillas el pasado 2 de junio, acompañada de Alejandro Moreno, Jesús Zambrano y Marko CortésFoto: Luis Cortés / REUTERS

En esa “salida en falso” cantando una supuesta victoria, el ambiente era de júbilo, mas no de unión. La diferencia entre cada personaje es obvia a la vista y siempre lo fue durante el tiempo de campaña.

Alito Moreno del PRI siempre se mantuvo haciendo campaña a su favor, mientras hubiera posibilidad, él aparecía con esas camisas con su nombre en grande, mientras que Marko Cortés también peleaba su lugar a un costado de la candidata a como fuera lugar, y Zambrano en la posición que le tocaba, siendo tercero fue lo más discreto o por lo menos su personalidad nunca compitió con los otros dos, pero unidos: jamás.

Esa tarde del domingo 2 de enero, en su primera salida los vemos alegres, todos con la mano alzada (derecha e izquierda) para cantar un falso cántico de triunfo.

Pero el post de esta imagen, es la división en la que concluyeron el proceso. El dirigente del PAN dando declaraciones de una pelea directa y personal con la ex candidata. Alejandro Moreno en silencio con respecto al día D, pero planeando encuentros para generar consensos entre empresarios y legisladores.

Jesús Zambrano planeando el final de un partido que esta vez no alcanzó la minoría para mantenerse con vida en el escenario político.

Lo único que han dejado ver es que Xóchitl Gálvez iba sola, y como perdió, la dejaron aún más sola y entonces cada quien se encuentra “gritando” a los cuatro vientos que olvidemos el fracaso y nos concentremos en las próximas reformas del gobierno en turno.

Pero no, aquí todos pierden o todos ganan y lamento decirles que los tres partidos y la candidata perdieron.

Es de los más divisorio e infantil, las declaraciones del presidente del Partido de Acción Nacional porque solo evidencia que Gálvez se queda con la razón de cómo ha narrado la relación con ella.

No Alito, no Marko, no Jesús, los tres perdieron y por lo tanto, hicieron perder a la candidata de la oposición.

No importa si ella hizo una llamada que les disgustó, porque después de ello tampoco se levantaron LOS TRES partidos en unión por un solo discurso de defender lo indefendible.

No quieran pasar el balón a quien se la pasó corriendo de lado a lado, mientras que ustedes desde la banca no se pararon ni 5 minutos a ver cómo iba el juego.

Siempre hay una foto que evidencia la verdad o la mentira.