La primera vez

ENFOQUE MANUAL

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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La noche del domingo 2 de junio fuimos testigos de cómo una mujer sí puede ser emocionalmente congruente y emotiva, tras meses de mostrar una dureza en su rostro y su comportamiento no verbal.

Claudia Sheinbaum la noche del 2 de junio, tras el anunció del INE dándola como ganadora tras el conteo rápido.
Claudia Sheinbaum la noche del 2 de junio, tras el anunció del INE dándola como ganadora tras el conteo rápido.Foto: Raquel Cunha, Reuters

Foto: Raquel Cunha, Reuters

Durante casi un año de campaña y tres meses de manera oficial, pocas veces vimos a la candidata sonreír o con un semblante relajado. Escenas incómodas a nivel de calle y por supuesto en los tres debates presidenciales donde su semblante era de tensión al estar a la defensiva.

Claudia Sheinbaum dio la vuelta a esos rostros y a esas posturas la noche del domingo 2 de junio, cuando apareció con un rostro nunca antes visto. Lo vimos en los videos y en las fotografías, como esta que capturó la fotoperiodista Raquel Cunha de la agencia Reuters, en donde vemos un maquillaje fresco que le permitió transmitir su emotividad de manera natural.

Nunca había visto a la candidata con un semblante relajado y con una sonrisa natural que le hacía ver su felicidad en todo el rostro.

Por primera vez Claudia apareció con el cuello libre, es decir, sin ningún cuello de semi tortuga que le cubriera parte de la garganta. Yo diría, que por primera vez se ganó tener voz propia, sin guiones preparados, sin ensayos para debatir y argumentar sus propuestas.

La fotografía aquí presentada lo demuestra, al igual que la serie que publicaron esa misma noche y el lunes. Un contraste radical con las fotografías que cualquiera puede encontrar de ella en cualquier otro contexto.

La imagen de Claudia cambió, dejó en alguna silla del Hotel Hilton Alameda una coraza que no le permitía mostrarse convencida de que ganaría.

Lo que los cientos de fotógrafos captaron esa noche debió de haberlos sorprendido de la misma manera que a mí; fue otra persona y de buen humor la alcanzamos a conocer al cerrar su etapa de campaña.

Ojalá que en esta nueva etapa en la que le toca liderar a un país que olvidó a la mujer, en donde se incrementó el número de feminicidios, de mujeres que no completaron sus tratamientos contra el cáncer o aquellas que perdieron a sus hijos sin saber por qué, las reciba con esta misma emotividad de hacer la diferencia por ellas.

Claudia Sheinbaum lleva una vara muy alta al ser la primer mujer presidenta en nuestro país, por lo que esperamos ver a una mujer con esta actitud en la que le hablaba a quienes estaban cerca, los invitaba a celebrar, y sobre todo “los miraba”.

*Agradecida inicio Enfoque Manual en este espacio para analizar la imagen y la fotografía en distintos escenarios, en un diario al que le tengo mucho cariño y respeto.