Cuando Donald Trump salió de la Casa Blanca en enero de 2021, huyendo apresuradamente por la puerta de atrás antes de tener que darle la mano a quien lo derrotó en las urnas, muchos pensaron que había terminado el espectáculo y que el magnate, vapuleado, perdería su influencia en el Partido Republicano tan rápido como había crecido.
No fue así. Después de un largo y controvertido camino, Trump está a punto de oficializar su regreso al dominio total sobre la campaña republicana, avanzando hacia su posible retorno al poder.
Mañana será el supermartes, uno de los momentos clave de las campañas de los demócratas y los republicanos para determinar sus candidaturas a la presidencia, pues en 15 estados se celebrarán elecciones internas para cada partido. Cada estado tiene reglas diferentes para asignar delegados, pero de manera general se elige a las personas que serán las encargadas de participar en las convenciones nacionales de cada partido y emitir su voto en el sentido del ganador de la elección en sus entidades. Los estados con más población tienen más delegados, por lo que el supermartes suele ser una fecha relevante porque participan los dos estados más poblados de Estados Unidos: California y Texas, y se juega una tercera parte de los delegados.
A diferencia de otros años electorales, en que el supermartes podía traer sorpresas o atizar la competencia interna, es claro que en esta ocasión los punteros de cada partido, Joe Biden y Donald Trump, avanzarán sin mayores inconvenientes. El primero se presenta como candidato único de los demócratas, sin más competencia que los críticos dentro de su propio partido, que a falta de otra persona por quien votar, sólo han logrado organizar campañas para emitir “votos no comprometidos”, una especie de voto en blanco, para cuestionar la política de Biden para apoyar a Israel, por ejemplo. Por eso Biden tuvo 81% de los votos en Michigan la semana pasada, pues 13% fue este voto de protesta.
En el caso de Trump, este supermartes apunta a ser su coronación oficial como el ave fénix, pues su última competidora, Nikki Haley, se enfrentará con mucha probabilidad a la derrota en todas las entidades. De ser así, Haley habrá obtenido, entonces, 24 delegados de los 1,215 necesarios para ganar, mientras que Trump tendrá alrededor de 1,100. Será un hecho que, pasado ese día, Trump tendrá en la bolsa su nominación y habrá confirmado su dominio sobre el Partido Republicano.
Este proceso de reconquista no ha sido sencillo, pues los republicanos no son un monolito y más de un grupo de poder intentó hacer todo lo posible para que Trump terminara en el basurero de la historia, pero Trump logró avanzar aprovechando cada oportunidad que ha tenido para atizar a sus seguidores y crear un espectáculo, al mismo tiempo que ha avanzado quitando del poder a los republicanos que se atrevieron a criticarlo. Ni siquiera las decenas de demandas y juicios en su contra, que se pensaba que podrían poner en riesgo su candidatura, lograron tener consecuencias negativas para Trump. Hoy Trump mantiene su popularidad y avanza incluso por arriba de Biden en las encuestas. El candidato Trump ha vuelto y tendremos que estar listos.