La contraofensiva ucraniana

EL ESPEJO

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Para conquistar Izium, en la parte noreste de Ucrania, el ejército ruso asedió a los casi 50 mil habitantes de la ciudad durante 29 días, hasta su rendición el 1° de abril. Para reconquistar Izium, el ejército ucraniano demoró un día y desde el 10 de septiembre sus habitantes viven libres del yugo criminal de las fuerzas de Putin. La contraofensiva ucraniana ha tomado desprevenidas a las fuerzas rusas y en cuestión de días ha sorprendido al mundo.

La primera sorpresa es que pocos anticipaban que el foco del avance ucraniano sería la región nororiental de Járkov. Toda la atención se había centrado en la zona suroriental de Jerson. Entre ambos frentes de guerra hay una distancia de casi 500 kilómetros y el gobierno ucraniano ha jugado y ganado en la estrategia, pues hizo creer al gobierno ruso, y prácticamente a todos, que su esfuerzo por recuperar territorio comenzaría sólo por la parte sur del país. Desde abril el gobierno de Zelenski anunció sus intenciones de preparar una ofensiva de gran escala, donde su primera preocupación sería recuperar la ciudad costera de Jerson en septiembre.

Y como nada se dijo de la región de Járkov, en donde además el ejército ruso había mantenido el control por más de medio año y se habían dado relativamente pocos movimientos, el foco de atención del ejército de Putin se movió a la región del Donetsk, en el oriente de Ucrania. También comenzó el traslado de equipo y elementos al sur, para prepararse ante la anunciada ofensiva ucraniana. El control del frente militar del norte se dio por sentado.

El 29 de agosto el presidente Zelenski anunció el inicio, por fin, de la gran contraofensiva en Jerson. Todas las miradas estaban sobre la parte sur del mapa de guerra ucraniano, en donde efectivamente comenzó el avance militar, aunque con pocos resultados espectaculares, pues sólo avanzaron liberando un par de poblados. Pero algo se cocinaba.

El 7 de septiembre hubo una reunión del Grupo de Contacto para la Defensa de Ucrania en Ramstein, Alemania, en donde participan los departamentos militares de más de 50 países, encabezados por Lloyd Austin, secretario de Defensa de Estados Unidos. El funcionario no sólo refrendó que la coalición mantendría su apoyo a Ucrania en el largo plazo, sino que señaló que esta ofensiva apenas comenzaba, pero que esperaban mucho. Aún no decía nada del frente norte, pero eso era parte del plan.

Los resultados comenzaron a aparecer ese día, pues inició un avance sin precedentes en la región de Járkov. En cuestión de horas el ejército ucraniano se introdujo más de 70 kilómetros en el territorio controlado por los rusos y ha recuperado, hasta el momento, más de 30 centros poblacionales y 3 mil kilómetros cuadrados de territorio (casi dos veces el tamaño de la Ciudad de México). El ejército ruso fue tomado por sorpresa y emprendió la retirada, por no decir desbandada, en la región, lo que ha permitido el mayor éxito de las fuerzas ucranianas desde que defendieron exitosamente su capital, Kiev. La guerra aún tiene mucho por delante, pues no se ha recuperado ni una décima parte del territorio ocupado, pero el momento y la motivación hoy están del lado de Ucrania.

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