Leonardo Núñez González

La pelea por TikTok

EL ESPEJO

Leonardo Núñez González
Leonardo Núñez González
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Para muchos puede parecer intrascendente o irrelevante ver que entre las noticias internacionales recientes han aparecido múltiples críticas de Donald Trump a TikTok, la red social en la que las personas comparten videos de no más de 15 segundos y que hoy es una de las aplicaciones más populares en todo el mundo. Sin embargo, se trata de un interesante episodio más del conflicto económico y político entre China y Estados Unidos, pues las declaraciones han terminado en la firma de órdenes ejecutivas que obligan a que la empresa detenga sus operaciones.

Lo primero que hay que tener en consideración es que TikTok es propiedad de una empresa china llamada ByteDance y es la única aplicación de este país que ha logrado popularizarse fuera de sus fronteras. Al interior del territorio chino ha existido un férreo control en el uso de aplicaciones y servicios extranjeros, al punto que los ciudadanos chinos no pueden hacer búsquedas en Google, ver videos en YouTube o utilizar Facebook. En contraste, han privilegiado la creación de servicios propios, como WeChat, en los que la censura gubernamental y el control de las comunicaciones permiten ejercer grandes poderes de vigilancia.

Por un tiempo, el ecosistema digital chino se mantuvo dentro de las fronteras, pero todo cambió con la creación de TikTok. En muy poco tiempo la aplicación saltó de su popularidad local a convertirse en un fenómeno global, con más de mil millones de usuarios en 150 países. La primera preocupación sobre esta aplicación, entonces, es de carácter económico, pues se trata de una aplicación que ha podido distribuirse sin problemas por el mundo cuando la puerta del mercado chino está controlada por el gobierno y limita la participación de competidores extranjeros.

El segundo elemento indispensable para entender la preocupación con el crecimiento de esta red se encuentra en que, al ser una empresa china, debe someterse a sus leyes. De acuerdo con el artículo 7 de la Ley Nacional de Inteligencia, todos los ciudadanos y organizaciones están obligados a apoyar, asistir y cooperar con los servicios de inteligencia del Estado, lo que significa que toda la información recopilada por cualquier aplicación o compañía está en manos del Gobierno chino. Y para nadie es novedad el gran poder que puede tenerse con las grandes cantidades de información que nuestros teléfonos recolectan, no sólo en términos económicos mediante la industria publicitaria, sino en términos de control político e influencia, como demostró el escándalo de Cambridge Analytica.

Estas dos situaciones explican la preocupación existente con el crecimiento de TikTok. El Gobierno de la India, por ejemplo, prohibió TikTok y otras aplicaciones chinas a principios de julio. Y, después de una serie de declaraciones al respecto, Estados Unidos ha hecho lo propio. Con la diferencia que la solución estadounidense puede que decante en otro cambio interesante, pues Microsoft ha anunciado que está negociando la compra de TikTok, con lo que el gigante tecnológico acabaría aprovechando la tensión creciente entre China y Estados Unidos, que promete seguir dándonos nuevos episodios de enfrentamiento con consecuencias inesperadas.