Leonardo Núñez González

Realidad alternativa

EL ESPEJO

Leonardo Núñez González
Leonardo Núñez González
Por:

Uno de los problemas fundamentales de la política contemporánea se encuentra en el escape de los gobernantes a una realidad alterna, en la que los hechos y los datos dejan de tener importancia para dar pie a una construcción narrativa que habita sobre la ficción. Políticamente puede resultar muy redituable, pero abre el camino hacia un desastre que tarde o temprano se hace inocultable.

Sin embargo, hay políticos, en especial aquéllos con una veta autoritaria o populista, que son especialistas en saltar hacia delante para tratar de convencerse y convencer a sus seguidores sobre la existencia de una realidad alternativa. Para cualquiera con el valor de ver lo que sucedió en la Convención Nacional Republicana durante los cuatro días de discursos emitidos por el presidente, una considerable cantidad de sus familiares y otros políticos republicanos, queda claro que el escenario descrito es el de unos Estados Unidos al borde del abismo, con una guerra racial que se convertirá en un pandemónium si los demócratas llegan al poder, así como una serie de amenazas por demás alarmistas; desde que Biden invitaría a los miembros de la Mara Salvatrucha a mudarse a todos los vecindarios hasta el señalamiento de que las políticas demócratas comunistas convertirían al país en Venezuela en un segundo.

Para un votante republicano promedio, que constantemente es bombardeado por los mensajes presidenciales amplificados por Fox News, el escenario de conflictos sociales alimentados por la indignación y la movilización alrededor del Black Lives Matter tiene su explicación en el ascenso de los valores radicales impulsados por los demócratas y nunca por la retórica xenófoba y políticas racistas de Trump y su gobierno. Igualmente, la estrategia presidencial ante el coronavirus se narra como una intervención decisiva que ha evitado una tragedia, a pesar de que el resto de medios no dejan de documentar los múltiples fallos que han colocado al país a la cabeza de contagiados y fallecidos, con una gran cantidad de ciudades que han quedado rebasadas después de una apertura apresurada y mal manejada. El sueño trumpeano de crear su realidad alternativa llegó al exceso de que el cierre de la convención se dio al frente de la Casa Blanca frente a una multitud de más de 1,500 personas en las que la sana distancia o siquiera el uso de máscaras brillaron por su ausencia.

Y aquí es donde se abre una de las grandes interrogantes de camino a las elecciones de noviembre. Porque el electorado de Trump vive todo el tiempo en este escenario construido. No importa que el discurso de Biden y Kamala apelen a la unidad y valores idealizados como norteamericanos, su demonización desde la otra trinchera y el desdén a la realidad impiden encontrar algún terreno común. Como explica Masha Gessen en su último libro, la política estadounidense se ha convertido en un campo de batalla entre una facción autocrática, incapaz de cuestionar al líder, y otra en la que tratan de apelar a unos valores y reglas democráticas que ya han salido volando por la ventana. ¿La realidad alternativa logrará imponerse una vez más? La moneda sigue en el aire.