Volver a escapar de México a Estados Unidos

EL ESPEJO

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Durante las dos últimas décadas creímos que el gran ciclo de migración de mexicanos hacia Estados Unidos había concluido y que, después de que millones de nuestros connacionales cruzaron la frontera sin papeles en los años ochenta y noventa, el papel de México ya no era el de un país expulsor de migrantes, sino de tránsito de millones de personas de otras nacionalidades que buscaban cumplir el sueño americano. Hoy sabemos que esto no es así, pues los mexicanos están escapando masivamente, una vez más, de México.

El primer movimiento masivo de mexicanos comenzó en los años cuarenta. Bajo el Programa Bracero, 4.58 millones de mexicanos fueron contratados durante 22 años para cruzar legalmente la frontera, a una tasa de alrededor de 209 mil trabajadores por año. Junto con este movimiento, miles de mexicanos que no formaban parte del programa también cruzaron la frontera para trabajar al norte del Río Bravo, sin importar que no tuvieran papeles. Sin embargo, fueron relativamente pocos los que se quedaron en Estados Unidos, pues entre 1940 y 1970, migraron 814,337 mexicanos, algo así como 27 mil por año. El crecimiento de la economía mexicana en esa época como producto del desarrollo estabilizador y el modelo de sustitución de importaciones hizo que la migración mexicana se mantuviera relativamente controlada.

Fue hasta que ese modelo llegó a sus límites y entró en crisis, durante los años ochenta y noventa, que comenzó el verdadero movimiento masivo de migrantes. Entre 1980 y 1990, la población mexicana que residía en Estados Unidos aumentó en 1.7 millones, o alrededor de 170 mil cada año, y con el colapso de la economía mexicana, no hizo más que agravarse. Para el año 2000, ya había 8.6 millones de personas nacidas en México que vivían en EU, a las que se sumaban 12.2 millones de personas que también eran mexicanas, pero que ya habían nacido al otro lado de la frontera.

A partir de ese momento, los cruces de migrantes mexicanos comenzaron a caer. Mientras que en el año 2000 las autoridades migratorias estadounidenses detuvieron a 1.64 millones de personas, de las cuales 1.61 millones eran mexicanos —es decir, 98% del total—, para el año 2018 esas cantidades y proporciones habían cambiado totalmente: de los 521 mil migrantes detenidos, 222 mil eran mexicanos —42% del total—. Eso es lo que nos llevó a creer que el ciclo de la migración masiva mexicana había concluido.

Sin embargo, esto ha comenzado a cambiar. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos ha reportado un incremento de mexicanos sin papeles intentando cruzar que no había sido visto en 20 años. En lo que va de 2021, 655,594 mexicanos han sido detenidos, casi 3 veces más de lo que se había visto en los últimos años. Los pésimos resultados para enfrentar el coronavirus, la crisis económica y la violencia desatada, junto con un incremento de la demanda de trabajadores en EU, han vuelto a orillar a los mexicanos a abandonar su tierra. Una vez más, escapar de México va a ser la única alternativa para millones de personas.

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