Uno de los efectos inmediatos del “rediseño del espacio aéreo” sobre el Valle de México fue el notable aumento del ruido de aviones sobre amplias áreas de la zona urbana y su impacto sobre la salud; y tan fuerte ha sido que diversos colectivos de vecinos de la CDMX denunciaron legalmente a ese “rediseño” efectuado por el equipo de novatos a cargo de Víctor Hernández en Seneam…, pero ahora se recurre a argucias administrativas para dejar sin efecto las denuncias vecinales y permitir un mayor impacto sónico.
Vaya, la Agencia Federal de Aviación Civil, que dirige Carlos Rodríguez, ingresó el 24 de enero pasado a la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria el proyecto de Norma Oficial Mexicana Proy-NOM-036-SCT3-17, que plantea “niveles aceptables” por arriba de los considerados por la Organización de Aviación Civil Internacional de Transporte Aéreo, que lidera Salvatore Sciacchitano.
La OACI considera un nivel máximo de 90 EPNdB (Effective Perceived Noise in Decibels) en torno a los aeropuertos, y la Organización Mundial de la Salud recomienda 45 EPNdB; en función de ello, la organización de aviación se plantea reducir el promedio diario a 55 decibeles entre 2020 y 2036. Pero en la propuesta ingresada a la Conamer, que dirige Alberto Montoya, se parte desde la base de 89 hasta 106 EPNdB —según el peso de los artefactos en sobrevuelo— y de 98 a 105 decibles en aproximaciones.
Como es sabido, el rediseño (que pomposamente se denominó “revolución aérea”) hace aproximaciones mucho más amplias sobre zonas habitadas de la CDMX, particularmente en el sur, para darle cabida a las operaciones a la terminal de Santa Lucía, que dirige Isidoro Pastor.
En el largo proyecto de NOM se “flexibiliza” las inspecciones y certificaciones ambientales. La procuradora ambiental de la Ciudad de México, Mariana Boy, seguramente tendrá mucho que decir acerca de una norma que dejaría en la indefensión a los capitalinos.
Interjet, sin aviones, pero con aeropuerto. En un acto que trastoca el surrealismo a simple ópera bufa, el presidente de Interjet, Carlos del Valle, ingresó los documentos de la aerolínea para empezar a operar en Santa Fantasía…, pero no tiene aviones. Los A-320 fueron regresados en su totalidad a los arrendadores y los propios dados en pago; tal vez queden en algún lugar haya oxidándose un par de Super Jet 100, los aviones rusos que adquirió José Luis Garza y que fueron el principio del fin de esa aerolínea. A ello deben agregarse que Interjet adeuda cuando menos 5 mil millones de pesos (que pueden subir a 22 mil millones de pesos) al SAT, a cargo de Raquel Buenrostro. Bueno, soñar (y más sí es con dinero público) no cuesta nada.
Sofía, con todo por el turismo. Y la siempre eficiente Sofía Melo acaba de ser promovida de asistente de la dirección a gerente de relaciones públicas de la reconocida agencia de viajes Azabache, que dirige Cesáreo Aponte, sin lugar a dudas la agencia de viajes mayorista más relevante en Yucatán y que amplía sus horizontes en las operaciones en Centroamérica.