El contrato leonino de UNOPS con México

GENTE DETRÁS DEL DINERO

Mauricio Flores&nbsp;<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Mauricio Flores *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

A todas luces es un fracaso la compra de medicinas y material médico para clínicas y hospitales del sector público que Andrés Manuel López Obrador ordenó contratar con la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS): el desabasto supera el 40% y ello determina en buena medida la caída de 50% en el número de consultas médicas a enfermos. Sin embargo, contractualmente la oficina, a cargo de Grete Faremo, no tiene ninguna responsabilidad de ello.

La entrega discontinua de productos a los operadores logísticos, saturación de almacenes sin que se pueda surtir a los puntos finales por desorganización logística, así como el encarecimiento en más de 30% en el precio unitario de cada medicamento y la dudosa compra por asignación directa del 70% de los mismos; sin embargo, eso no tiene ninguna repercusión legal para la UNOPS que aquí representa Giuseppe Mancinelli a nombre de “El Club de los Pibes”

El artículo IX del Acuerdo firmado el 31 de julio de 2020 entre el director del Insabi, Juan Ferrer, y el representante regional de la UNOPS, Fernando Cotrim, señala que: “Dado que el Proyecto objeto del presente Acuerdo se ejecuta en beneficio del Insabi, éste asumirá la responsabilidad de la realización de las acciones a cargo de la UNOPS, de conformidad con el Acuerdo y la mantendrá indemne, así como a su personal, agentes, empleados y servidores de y contra toda acción, reclamación, demanda, proceso o responsabilidad de cualquier índole o clase presentadas por terceros en su contra, excepto cuando deriven de negligencia o falta intencional o conducta dolosa de la UNOPS y su personal”.

UNOPS recibió por anticipado dinero para hacer compras por 100 mil millones de pesos, protección para acceder a información privilegiada e inmunidad diplomática. Y cobró 150 millones de dólares por servicios exento de toda revisión y auditoría. Y goza de inmunidad diplomática concedida por el Estado Mexicano cuando en 2020 la mayoría de Morena en la Cámara de Diputados, encabezada por Mario Delgado, aprobó modificar la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público, así lo dispuso.

Ni los neoliberales se atrevieron a tanto.

La lógica del plan de refinación. La compra de Deer Park, la construcción de Dos Bocas y la reparación a las 6 refinerías existentes tienen una lógica presupuestal relevante —no como “soberanía” discursiva— que avala los trabajos que coordina la Secretaría de Energía, al tiempo que contiene una serie de retos operativos para Pemex. A reserva de ahondar sobre en cada caso en particular, vale destacar que los ingresos gubernamentales por derechos y gravámenes a la extracción y exportación de crudo ronda el billón de pesos anuales, pero se importan por poco menos de medio billón de pesos combustibles; en tanto que los ingresos por IEPS a gasolina y diésel alcanzan 300 mil millones de pesos promedio anual. Una mayor y exitosa sustitución de importaciones de tales combustibles por producción nacional reducirían el uso de divisas y agregar entre 72 mil millones a 80 mil millones de pesos a los ingresos vía IEPS. Tome nota.

Alito, el Entregador. Aventar la piedra y esconder la mano. Ésa es la táctica que sigue Alejandro Moreno para simular una actitud retadora y echada pá delante ante el Gobierno federal, pero por otra para debilitar a su propio instituto político en una entidad clave en el escenario nacional. Por un lado increpa a los exgobernadores del PRI que son invitados por Andrés Manuel López Obrador a su gobierno, pero por otro entrega el campo de batalla a Morena. El caso de Hidalgo es claro: Alito impidió que Israel Félix Soto —el exitoso alcalde de Mineral de la Reforma— fuera el candidato natural para la contienda de este año, pues contaba con el apoyo de 40 de 84 municipios. El gobernador Omar Fayad sabe que los abrazos de Alito son como la pirita.

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