En las reuniones de ejecutivos de aerolíneas y en los pasillos del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México corre la versión de que en esta misma semana podría publicarse un decreto o un acuerdo para reducir de 52 vuelos máximos por hora a un nivel de entre 42 y 44 operaciones, el cual ha puesto en alerta roja a la Cámara Nacional del Aerotransporte, que encabeza Diana Olivares: advierten que una reducción unilateral provocaría la cancelación masiva de vuelos y desconexión en México y el mundo…, y lo que no se dice pero es un hecho, vendría una auténtica tormenta de amparos y probablemente el adiós a la Categoría 1 ante Estados Unidos.
Como se comentó en esta columna, es innegable la saturación en los edificios terminales del aeropuerto a cargo del vicealmirante Carlos Velázquez Tiscareño, es decir, en el “lado tierra”, aunque en el “lado aire” los vuelos se realizan de manera segura y precisa en la medida de lo real para movilizar muy probablemente 52 millones de pasajeros este año; también, uno de los planes del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador es lograr que 10 millones de clientes del AICM se hagan clientes del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, a cargo del general Isidoro Pastor, para que pueda trasladar al cierre de 2024 unos 15 millones de personas y que esa infraestructura se acerque a su punto de equilibrio financiero.
El asunto es que los clientes del AICM, las 20 aerolíneas que ahí operan, no han sido consultados y temen que aparezca un decretazo de la noche a la mañana y, surjan más tensiones con el Departamento de Transporte, que encabeza Pete Buttigieg, y la Agencia Federal de Aerotransporte, que lleva ahora Polly Trottenberg, y se impida la recuperación de la Categoría 1 ante EU, la cual México perdió hace ya más de dos años.
De hecho, las aerolíneas echan de menos los oficios del exsecretario de Gobernación Adán Augusto López Hernández, que en mayo del 2022 estableció las “Mesas de Bucareli” para poner orden en el espacio aéreo del Valle de México (luego de una larga lista de incidentes aéreos) y negociar la reducción temporal de los vuelos en el AICM, pasando de 61 a 52 operaciones máximas por hora.
Pero el acuerdo con el hoy aspirante presidencial fue una reducción temporal…, no definitiva como la que podría suscitarse ahora. Si el plan para reducir el AICM es definitivo, igual de definitivo sería el encontronazo legal para mal del transporte aéreo.
Y, bueno, el origen de todo este desgarriate está en la cancelación obradorista del Nuevo Aeropuerto Internacional de México y la deuda generada por los bonos MexCat que absorben el grueso de los ingresos del AICM para pagar un aeropuerto –y un proyecto de desarrollo– que ya no existirá.
Terrés, chafa y caro. Quien haya ido a la muy exclusiva Mueblería Terrés –en el Centro Comercial Santa Fe– seguramente se ha llevado un chasco: la supuesta atención personalizada de la que se jacta por 30 años de experiencia presumidos en su página web, se esfuma de dos patadas. La deficiente atención del personal y los precios exorbitantes que cobran por “intervención de espacios” con diseños exclusivos y hechos a la medida, no los respalda ni la responsabilidad en errores, ni la calidad en los productos ni el servicio a sus clientes. La prepotencia es otra insignia de Terrés, donde la empleada Silvia Serna y su jefa, Omayda Ávila, lapidan el prestigio de la mueblería con una actitud grosera y poco profesional. Vaya manera de echar a perder un negocio.
Hornbeck, hombre al agua. Como aquí se enteró, tras cuatro años de litigio, el pasado 16 de junio se canceló la inscripción de la naviera Hornbeck Offshore Services LLC ante el Registro Público Marítimo Nacional para navegación de cabotaje entre puertos nacionales, esto por demostrarse ante la Suprema Corte de Justicia, que el control de esa empresa es de inversionistas extranjeros y no nacionales como establece la Ley de Navegación y Comercio Marítimos.
La Secretaría de Marina, a cargo del almirante Rafael Ojeda, ganó el litigio y sienta un importante precedente para enfrentar la simulación y fraude a la ley. Ojo, que en este litigio salió a relucir el nombre de Enrique Garza Tello, socio director de las oficinas en México del despacho internacional, con sede en Inglaterra, Clyde & Co., conocido por “armar” este tipo de esquemas de simulación de origen del capital.
Está por verse las sanciones que establezca la Semar, y si los directivos londinenses de Hornbeck detienen ese tipo de mañas en otros países…, porque en México, ya no más no.
Canek paga… ¿de dónde? Recordarán las broncas legales de Canek Vázquez, dizque coordinador de apoyo a Adán Augusto en Hidalgo. Pues resulta que a regañadientes y ya vinculado a proceso pagó la deuda por pensión alimentaria a sus hijos…, pero ahora deberá demostrar a la autoridad fiscal el origen del dinero, pues sus gastos nomás no cuadran con los ingresos que ha manifestado públicamente.
