“Te lo digo Pedro para que entiendas Pablo”: el mensaje del presidente de la International Air Transport Association, Willie Walsh, no fue dirigido a ningún gobierno en específico…, pero acomoda muy bien al caso mexicano: la capacidad de los políticos para con sus soluciones engrandecer los problemas que ellos mismos han provocado, dijo en la reunión internacional de la industria aérea celebrada esta semana en Coha, parafraseando al escritor irlandés Brendan Behan.
El líder de la IATA se refirió en su discurso inaugural sobre la situación de la industria tras la pandemia de Covid-19, mostrando una sorprendente resiliencia debido a sacrificios muy elevados expresados en la disminución de flotas, cierre de rutas, despidos, recortes salariales y nuevas inyecciones de capital por parte de sus inversionistas que vieron evaporarse el valor de las compañías; las pérdidas totales de la industria en 2021 fueron de 42 mil millones de dólares, muy altas, pero menos de los 52 mil millones que se habían pronosticado
Sin embargo, los reguladores en el mundo toman decisiones sin suficiente conocimiento de causa, y son pletóricos al lanzar iniciativas sobre el manejo de slots, accesibilidad, costos de infraestructura derechos de los pasajeros. Hay dos aspectos mencionados por Walsh, slots y costos, de infraestructura que se ajustan a lo que sucede en México.
El líder de IATA expresó que a varios gobiernos les da por querer manejar la demanda cuando lo que se requiere es un sistema flexible de slots pues el mundo aún dista de ser normal, al tiempo de armonizar estándares en ese vital tema. No se necesita una bola de cristal para saber que en la IATA observa con preocupación la manipulación política —no técnica— que se hizo en el espacio aéreo de México desde el Seneam en los tiempos de Víctor Hernández, así como la asignación de slots que se aplican en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en la administración de Carlos Morán.
La calidad de los servicios y constantes rezagos en el AICM, que afecta tanto para pasajeros como a aerolíneas, no justifican la Tarifa de Uso de Aeropuerto, una de las más caras del mundo, pero se aplica a rajatabla. El líder de la IATA se refirió a esa misma problemática como un fenómeno extendido: en Heathrow los cargos de operación subieron 50%; en Schiphol está confirmado aumentos de 37% entre 2022-24. Vaya, en Dublín calcula encarecimiento de 80% entre 2023-2026… y en Bahamas, el gobierno estima duplicar los servicios de navegación aérea. Todo ello, supuestamente para “recuperar las pérdidas” provocadas por la pandemia, como de manera injustificada el gobierno de España ordenó a AENA “recuperar” 2,400 millones de dólares de tales pérdidas a través de mayores cobros a las aerolíneas.
IATA: AICM no debe bajar de 61 operaciones. Y en esa misma sesión global, el representante de la asociación en México, Peter Cerdá, ya pintó la raya: el AICM no debe bajar de 61 operaciones —con manejo flexible según picos de demanda— por hora y no reducirlo por decreto a 48 operaciones por hora. El efecto de una reducción de operaciones en esa magnitud implicaría desarticular la conectividad aérea del país con efectos dañinos para sortear los retos económicos que se aproximan.