Desde hace un año la SCT firmó un acuerdo de entendimiento con Aleática, para comprar su 49% en el Aeropuerto Internacional de Toluca (al que le urgen inversión de 200 millones de pesos en su pista) pero por la caída del tráfico aéreo por la pandemia y las carencias presupuestales, la operación está pendiente; en el caso del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México es notoria la necesidad de mantenimiento mayor en sus pistas así como en los cada vez más deformes (y apestosos) edificios terminales, pues es de prever una rápida saturación tan pronto se acelere la actividad económica. Vaya, una muestra de sus deficiencias es el fracaso de los Kioskos de Registro Automatizado de Internación de Pasajeros, por los que se pagó casi 8 millones de dólares a la empresa SITA, de Barbara Dalibard, y que hoy está inoperante.
Y la terminal Felipe Ángeles es harina de otro costal: será coordinado por las fuerzas armadas aunque, como reveló la ASF de David Colmenares, no existen protocolos ni normas para la operación mixta civil y militar. Si bien la obra física encargada al general Gustavo Vallejo avanza a paso veloz, los aspectos de navegabilidad depende de las soluciones ofrecidas por NavBlue (aún sin concluir) amén de que existen dudas sobre la rentabilidad de la más reciente licitación para sistemas de torre de control, radares y consolas de radioayudas de 14 millones de dólares y que habría ganado la francesa Thales que preside Patrice Caine.
El proyecto de “corona aeroportuaria” para el Valle de México está, literalmente, en el aire.
Sálvese quien pueda. Hoy se supone que la UNOPS, que representa aquí Giuseppe Mancinelli, dará los primeros fallos para la compra de 1,814 claves de medicinas y material médico para el sector público…, pero no es seguro sí tales datos serán publicados de inmediato, porque por ahora esa oficina de servicios de la ONU ha negociado “en cortito” con los posibles proveedores para lograr ahorros que, según estimaciones del Instituto de Investigación e Innovación Farmacéutica, que dirige Enrique Martínez, entre 22% y 30%, aunque con una eficacia en cuanto abasto de 72% en el mejor de los escenarios… muy lejos del 95% de eficacia reportada en 2018. El problema es el profundo rezago de abasto que el mismo Insabi, de Juan Ferrer, aceptó en el oficio INSABI-UCNAMEM-CA-91-2021 (firmado por el coordinador de Abasto, Adalberto Santaella) que instruye a todos los institutos de salud adquirir por su cuenta 1,879 claves a la brevedad posible para contar con producto hasta el mes de junio…, lo cual parece un llamado de “¡todos a los botes!”.
Birmex va con outsourcing. Por cierto, la paraestatal encargada de distribuir los productos adquiridos por la UNOPS ya realiza el estudio de mercado para subcontratar los servicios logísticos que surten hospitales y clínicas públicas en todo el país. Y sí, el equipo de Pedro Zenteno recurrirá al satanizado outsourcing. Ni modo. Es más, entre los posibles participantes figuran algunas de las firmas —como Maypo y Silodisa— que no están en las querencias del inquilino de Palacio Nacional. También, ni modo.