Quién sabe cuánto interés puedan tener los empresarios internacionales dentro de 5 o 10 años para contratar jóvenes mexicanos que pongan en marcha procesos de inteligencia artificial y manufactura sofisticada si esos jóvenes fueron educados bajo el “modelo descolonizador”, enfocado no al aprendizaje individual sino hacia “la comunidad” (independientemente de quién diablos defina la “comunidad”) y que alentados por Leticia Ramírez en la Secretaría de Educación Pública, aprendieron a resistir la mercantilización del conocimiento, a la globalización y a objetar el neoliberalismo inserto en la comprensión lectora, en el pensamiento lógico-matemático y en habilidades científicas.
Por algo esos empresarios pintan su raya desde hoy mismo. Sí, esos mismos empresarios que traen dinero y tecnología de corte “eurocentrista” son los que festinó la semana pasada Andrés Manuel López Obrador al interpretar que el abultado nivel de Inversión Extranjera Directa (IED) en el primer semestre de este año es una muestra de confianza internacional a la Cuarta Transformación… con todo y una reforma de planes de estudio que, como bien describe Pablo Majluf, resulta en “un potaje mal hecho con buenas dosis de guacamole, pipián, nacionalismo revolucionario, Pachamama, Chavo del Ocho, New Age, zapatismo y Noam Chomsky”.
Además, la IED que tanto celebró el Presidente no sólo se apoya en pilares educativos y de conocimiento opuestos a los principios ideológicos del nuevo plan de estudio elaborado en la SEP desde los tiempos de la flamante y honesta candidata de Morena para el Estado de México, Delfina Gómez; pero además, son erróneos los números presidenciales basados en los cálculos preliminares de la Secretaría de Economía, que a cargo de Tatiana Clouthier, estimó en 12% el aumento anual neto de la IED en el primer semestre…, pero que en realidad se redujo -6.7% pues resulta que Banxico tiene otros datos, los definitivos.
Esto, porque el reporte del banco central, que encabeza Victoria Rodríguez, indica que uno de los componentes clave de la IED, las nuevas inversiones, se redujo -17.4% en el primer semestre de 2022 respecto al de 2021 al restarse las transacciones extraordinarias de la fusión Televisa-Univision y de la capitalización de Aeroméxico.
Es decir, pese al nearshoring, a la reubicación masiva en América de empresas antes instaladas en Asia, las nuevas inversiones bajan de un año a otro. Y aún más notable: las firmas nacionales y extranjeras asentadas en México, en el mismo periodo multiplicaron 5 veces (501.6%) sus inversiones fuera del país hasta sumar 10,087 millones de dólares.
Es decir, los inversionistas ya voltean hacia otros destinos… y eso que aún no entran en vigor un plan de estudios que deja en segundo término las habilidades para el mercado laboral.
El ISSSTE se alista. La buena es que tras quedar en evidencia la baja calidad de servicios para los derechohabientes por parte de “El señor de los banquitos”, Ramiro López como director normativo de salud en el Instituto de Seguridad y Servicio Social para los Trabajadores del Estado, el director general del mismo, Pedro Zenteno, ordenó un censo inmediato de hospitales, clínicas y mesas de trabajo para enfrentar desabasto de insumos médicos, así como evitar largas colas de espera y aprovechar la plataforma digital y telefónica para hacer citas que desarrolló Alejandra Fernández en la subdirección de tecnología de la información. Veremos sí de verdad se solucionan el problemón para millones de pacientes.
Yucatán puntea en IED. La inversión extranjera —sobre todo la nueva— se aloja en lugares donde pueda crecer con certeza jurídica, con calidad de capital humano, acceso a energía, sistemas logísticos y acompañada de gestión gubernamental; por ello Yucatán, a cargo de Mauricio Vila, es líder nacional en atraer tales recursos pues conforme a los datos oficiales atrajo en el segundo trimestre del año 283.8 millones de dólares, un extraordinario aumento de 1,331.7% que llegó sobre todo a la industria manufacturera, turismo y comercio. Y ojo, Yucatán cuenta con un paquete de inversiones extranjeras por casi 5 mil millones de dólares que se aplicará en los siguientes años por firmas como Amazon, Fincantieri, Tesla y Accenture.