SCJN y la defensa de las libertades

GENTE DETRÁS DEL DINERO

Mauricio Flores<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Mauricio Flores*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Este lunes el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que encabeza Arturo Zaldívar de la Nación tiene planeado resolver un tema clave en la discusión pública: el propósito de la izquierda radical de invalidar la reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión e imponer un modelo de sanciones y censura a la opinión y la información que podría llevarnos al extremo de que dejen de existir noticieros en radio y televisión a fin de favorecer una sola visión de las cosas. No es exageración alguna.

Parece inverosímil que haya nuevamente que defender las libertades que dábamos por firmes e irreversibles en una república, pero así es: el grupo de izquierdistas que promovieron en el Senado una acción de inconstitucionalidad contra la reforma referida que, de prosperar, tendría como consecuencia directa que los comunicadores de radio y televisión estén (estemos) obligados a distinguir entre información y opinión, en cada una de sus transmisiones, lo cual resulta imposible en la propia práctica informativa para supuestamente “defender los derechos de las audiencias”.

Los legisladores e ideólogos alineados al Foro de Sao Paulo decidieron emprender un ataque directo a la libertad de expresión bajo el pretexto, argumentando que ello obedece a un reclamo y malestar de diversos comunicadores y periodistas, organizaciones nacionales e internacionales, que consideraron que los lineamientos de audiencias que emitió el IFT (2016) implicaban restricciones importantes a la libertad de expresión.

Su fórmula es ya conocida e igual de perversa: el represor se hace llamar reprimido para luego reprimir más. En su contrarreforma busca imponer que la autoridad considere, discrecionalmente qué comunicador no ha distinguido correctamente entre información y opinión… y con ello sancionar al concesionario de radiodifusión para el cual trabaja. Ello no sólo afectaría la dinámica de sus programas, pues impone la inminente amenaza, un machete de censura, de afectar sus finanzas y podría ser objeto de sanciones de hasta un 3% de sus ingresos brutos anuales e incluso, hasta se podría llegar al extremo de suspensión de transmisiones de un canal de TV o estación de radio.

Se trata de un asunto de la mayor relevancia social y para la democracia. Por ello decidí recortar mi breve asueto para poner mi granito de arena en favor de las libertades comunes.

La decisión de los ministros. Los once integrantes de la SCJN tienen la delicada tarea de definir el futuro, no de los medios de comunicación, sino de poderes autónomos como es la propia Corte y por tanto de contrapesos de poderes. Luis María Aguilar, Jorge Mario Pardo, Alfredo Gutiérrez, Alberto Pérez, Javier Laynes, Norma Lucía Piña, Juan Luis González, Yasmín Esquivel, Margarita Ríos-Farjat y Loretta Ortiz, y el propio Zaldívar, tienen la tarea definitoria para el curso de la república.

Y es que un ambiente sobrerregulado que vive esta industria y ante tales amenazas que no otorgan una certeza jurídica a las inversiones de los radiodifusores, limitar la libertad de expresión y el derecho a la información es entregarle al Estado mexicano -sea quien sea su Poder Ejecutivo- una herramienta para darle un castigo a cualquier noticia-comunicador-concesionario que le incomode por más que sea verdadera la información.

La libertad está en juego.

Prosa y la Inteligencia de datos. Hablando de decisiones inteligentes, Prosa, la procesadora de pagos que dirige Salvador Espinosa, organizó el webinar “Inteligencia de datos” en el que participaron expertos como Eduardo Soto Alarcón, director de Datos y Analítica de Banco del Bajío; Alfredo Rubio, director de la almacenadora de datos Snowflake, y Santiago Guerra, Strategy Planning and Analysis, Global Payments Netflix, y como moderador participó Marco Antonio Hernández Zepeda, Chief Data Officer de Prosa.

Ahí, Alfredo Rubio, de Snowflake, recomendó que los datos tienen que estar al servicio del negocio; usar fuentes de datos analizadas y verificadas; establecer un marco de calidad de datos y subirlos a una arquitectura de datos moderna, escalable y de fácil acceso; habilitar la gobernanza de los datos; democratizar los datos, e importante contar con un buen equipo para la toma de decisiones.

Y ojo, que Santiago Guerra, de Netflix, planteó que la fricción entre cliente y empresa es el peor enemigo del consumo por lo que, para prevenirla y atenderla, es importante apoyarse en el análisis de datos.

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