Tren Maya: almohadillas, durmientes y otras pesadillas

GENTE DETRÁS DEL DINERO

Mauricio Flores*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Mauricio Flores
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Las auditorías técnicas efectuadas a los tramos en operación del Tren Maya —las cuales dieron cuenta de 36 mil observaciones como se reportó en este espacio— están revelando aspectos relevantes que pueden impactar hasta 50% en la generación de flujo de efectivo y amortización de la inversión realizada, así como inversiones en reparación y mantenimiento que pueden ser tan voluminosas como la inversión original que ordenó Andrés Manuel López Obrador en su proyecto ferroviario estelar.

Ahora son las almohadillas, el material sintético elástico para alto impacto que se coloca entre rieles y durmientes para evitar que éstos se rompan por la presión ejercida por los convoyes: las auditorías, ya se sabe, muestran que las almohadillas no están regresando a su forma original tras el paso del tren, que no están amortiguando conforme a la especificación que se contrató.

En cuanto a los durmientes, la distancia que por especificación técnica a la que deben estar separados uno de otro es de 60 centímetros para que corran trenes a velocidad de hasta 160 kilómetros por hora. La revisión contratada por la administración militar del Tren Maya revela que se han colocado entre 65 y hasta 70 de centímetros distancia, lo cual genera ondulación de rieles y obliga a reducir hasta la mitad la velocidad promedio calculada para los trenes.

Las deficiencias fueron detectadas en los tramos 2 y 3, es decir, el que corre entre Escárcega a Calkiní y el de Calkiní a Izamal. Los contratos, supervisados por el equipo del general Gustavo Vallejo, fueron asignados, en el caso del Tramo 2, al consorcio CICSA y la española FCC que lleva Pablo Colio; el Tramo 3 fue asignado a la dupla INDI AMI, de Manuel Muñozcano, y Azvi, de Manuel Contreras.

Las deficiencias descritas arriba implican que los convoyes deben reducir la velocidad, lo cual reduce el número de corridas que enfrentan desventajosamente la competencia de autobuses y automóviles particulares. Ello impacta negativamente en la tasa interna de retorno de la inversión.

A ello se suman problemas en algunas curvas en zonas selváticas que deben ser tomadas entre 10 y 20 kilómetros dado que “las ruedas atacan el riel”, generando fuertes chirridos, pues ambos metales se rozan por la falta del peralte adecuado en las curvas. El ruido —registrado en múltiples testimonios audiovisuales— evidencia el desgaste acelerado de las piezas y la inducción de vibraciones que impiden una mayor velocidad de los convoyes.

La sustitución de almohadillas y reacomodo de rieles significan desmontar la vía (incluso sustituir balasto), recolocar y rectificar las superficies reparadas. Ello podría tener un costo entre 15% y 20% más alto que la obra original. Las curvas alentizadas tendrían que ser modificadas con radios más amplios y adecuar el punto de unión con las rectas.

Las prisas derivan en estos problemas en el Tren Maya que evocan la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México, construido a toda prisa durante la administración de Marcelo Ebrard. La administración del general Oscar Lozano Águila lidia con estos problemas.

 IMSS-Bienestar adeuda 13mmdp… del Insabi. En la industria de distribución y fabricación de medicamentos y materiales de hospital una gran preocupación: a poco más de cuatro meses de que termine la actual administración existen adeudos de parte del Gobierno que no han sido reconocidos y que fueron generados por el ya fenecido Instituto Nacional de Salud del Bienestar… y que, teóricamente, han sido trasladados al IMSS-Bienestar, pero que no termina de asumir como propios. De acuerdo con representantes del sector, los pagos pendientes son superiores a los 13 mil millones de pesos, de los cuales 88 por ciento corresponde únicamente al periodo 2023-2024 y el restante a ejercicios anteriores.

La falta de pago, nos aseguran, se debe porque “no hay dinero” en IMSS-Bienestar que dirige Alejandro Calderón Alipi… y que, por cierto, dirigió el insepulto Insabi.

El déficit presupuestal del Gobierno superior al 5% del PIB tiene expresiones tan crudas como la falta de pago para insumos de salud. Dada la relevancia social de los mismos, tal deuda tiene que ser primero reconocida y después liquidada para que los proveedores puedan volver a surtir el mercado público para 2025.

En caso contrario, de no pagar, el desabasto de medicinas volverá a presentarse ya sea que gobierne Claudia Sheinbaum o Xóchitl Gálvez. Pero en lo que hay cambio de gobierno, la responsable de solucionar este conflicto es la Secretaría de la Función Pública, específicamente la subsecretaria del ramo Thalía Lagunes. ¿Pagarán? Cómo diría Gloria Trevi en “Colapso Financiero”, ¿dónde, dónde, dónde está el dinero?