Mauricio Leyva

Benito Juárez y Apuntes para mis hijos

FRONTERA DE PALABRAS

Mauricio Leyva*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Mauricio Leyva
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Benito Juárez es uno de los hombres fundamentales en la construcción de nuestro país. Su visión, su entrega y su ideología lo han convertido en uno de los personajes con mayor influencia tanto dentro como fuera de México y su legado se fortalece con el paso de los años. Sin embargo, con Benito Juárez ocurre lo mismo que con Karl Marx o Friedrich Nietzsche: la interpretación a modo de sus doctrinas.

Apuntes para mis hijos es una obra escrita por él, allí deja constancia de su biografía de una forma que destaca por ser testimonial pero también por la humildad en que se refiere a su trayectoria, a sus sacrificios y a las difíciles pruebas que sorteó en su vida desde su modesta infancia y orfandad hasta la muerte incluso de su hija a quien se refiere solamente cuando pone en claro que la sepultó en el panteón civil para poner el ejemplo de aplicación de su propia ley. Apuntes para mis hijos ha tenido varias ediciones, algunas con ciertas variantes y otras que han respetado mayormente su redacción, allí los estudiosos del Benemérito de las Américas encontrarán los pasajes que quiso significar y deja patente que su mayor orgullo fue servir con honradez y lealtad a la nación. Conocer este libro es básico para quienes desean conocer la vida de Benito Juárez lo cual puede enriquecerse al leer sus discursos y cartas.

Benito Juárez dejó patente en otros documentos su idea sobre varios aspectos: mientras finalmente que en la República no haya más que una sola y cívica autoridad: la autoridad civil del modo que la determine la voluntad nacional. El asunto con Benito Juárez tiene claridad, el problema es cuando se le interpreta de manera equivocada porque esa autoridad y ese mando no recae en una sola persona, sino en las instituciones, aspecto en el que Juárez sobresalió por ser un constructor precisamente de instituciones “la autoridad no es mi patrimonio” dejó dicho.

En su pensamiento la libertad de prensa tenía un lugar especial la emisión de las ideas por la prensa debe ser tan libre como es libre en el hombre la facultad de pensar. Benito Juárez, el Guillermo Tell (nombre que adoptó al iniciarse en la masonería) republicano, nunca tuvo mayor ambición en lo familiar que hacer de sus hijos verdaderos Ciudadanos, libres en sus derechos y responsables con la nación. Ahora que se coloca al Juarismo en varios discursos, habría que retomar su respeto a la prensa, su distancia con la Iglesia, la clara separación de las labores del ejército y su determinación porque la sociedad civil gobierne: todo lo que México no haga por sí mismo para ser libre, no debe esperar ni conviene que espere, que otros individuos u otras naciones hagan por él.