La salud mental es la medalla de oro

GENTE COMO UNO

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: Imagen: La Razón de México

Todos los ojos en el estadio y millones en todo el mundo, la observan. Lleva sobre su espalda el peso de darle, o no, a su país un reconocimiento olímpico. Se detiene al inicio de la pista. Debe saltar más de dos metros para conseguir la medalla de oro.

Nicola Olyslagers, tras ganar la  medalla de plata en salto de altura.
Nicola Olyslagers, tras ganar la medalla de plata en salto de altura. ı Foto: AP

Alza los brazos al cielo y se le ve mantener alguna conversación con la mirada en las alturas; habla sola, cierra los ojos, los abre, pide el aplauso del público, sonríe, grita, corre a brincar…y falla.

Perdió la presea dorada. Sorpresivamente se levanta sonriente, toma su mochila, saca una libreta con letras doradas y comienza a escribir en lo que parece un diario. Sigue hablando sola. Se le ve feliz.

La escena causó sorpresa y miles de comentarios sobre la australiana de 27 años, Nicola Olyslagers, quien ganó plata en salto de altura la semana pasada en París 2024.

El asombro radicó en su actitud tranquila y relajada, ante una de las competencias más importantes de su vida, contrastando con eventos anteriores donde el llanto fue protagonista en una situación similar.

Estos Juegos de Verano le han dado al planeta entero un mensaje fundamental a través de sus deportistas: la salud mental va primero.

La gimnasta estadounidense Simon Biles, fue quien abrió esta conversación cuando entre duras críticas, durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 (realizados en el 2021 por la pandemia) anunció su retiro de 5 competencias, incluyendo la final por equipos, argumentando no sentirse apta emocional, ni mentalmente para continuar.

Tres años después, luego de un arduo trabajo con especialistas, Simon Biles es hoy el estandarte de la salud mental más reconocida en el mundo del deporte, acumulando ya 4 medallas en París 2024.

El hecho de que la joven se atreviera a hablar públicamente de la tarea pendiente en el bienestar de la mente, abrió la oportunidad de integrar a Bacon a su equipo, un perro de apoyo emocional que la acompaña durante los entrenamientos.

Su testimonio hizo que otros competidores se animaran a contar sus experiencias y esto hizo un eco tan grande, que resonó con fuerza en el Comité Organizador Olímpico que implementó el espacio The Athlete365 Mind Zone.

Se encuentra en el primer piso del gimnasio de la Villa Olímpica donde los deportistas pueden tener una sana desconexión antes o después de una prueba, con yoga, pintura, meditaciones o charlas uno a uno con especialistas de salud mental.

También se ha instalado una línea de ayuda, 24 horas al día, los siete días de la semana, en más de 70 idiomas, apoyada por una red de monitoreo de Inteligencia Artificial, en las redes sociales para detectar y contrarrestar el ciberacoso.

Y es que las cifras no podían seguirse evadiendo, porque son realmente alarmantes, en todo el mundo.

En 2023 el Comité Olímpico Internacional reveló que el 33.6 % de los deportistas de élite sufre de ansiedad y depresión. Tras finalizar sus competencias, el 26.4 % de ellos experimenta intensos problemas de salud mental.

Un claro ejemplo es el multimedallista Michael Phelps, quien tras su primera retirada vivió un duro episodio de depresión que lo llevó a pensar en quitarse la vida. Hoy tiene una fundación a través de la cual hace activismo en favor de la atención psicológica oportuna, que puede prevenir los cerca de 703 mil suicidios que ocurren al año en el mundo, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud.

En México los suicidios también van en aumento. En 2017 la tasa era de 5.3 por cada 100 mil habitantes. Para 2022 se elevó a 6.3, y el saldo ese año fue de 8 mil 123 suicidios.

Hasta 2020, el censo del Inegi registraba un millón 590 mil 583 personas con algún problema o condición mental en México. Sin embargo, se estima que tras la pandemia el aumento de los trastornos de ansiedad y depresión fue del 25 por ciento.

Datos oficiales indican, además, que sólo dos de cada 10 personas con algún trastorno o condición mental en nuestro país recibe atención. No tenemos médicos especialistas suficientes en el sector público y los programas de atención son deficientes.

En México hay una gigantesca tarea pendiente en material de salud mental y la falta de atención al respecto ha cobrado ya muy altas facturas, sobre todo entre los más jóvenes, vulnerables ante las redes sociales que son un contaminante mayor.

Y ante una bandera roja de semejante tamaño, más cuestionables resultan ciertos contenidos en la televisión nacional, que animan de manera injustificable, la violencia y la discriminación sobre temas de salud mental, con ignorancia y burla, 24 horas al día, siete días de la semana.

Así México decide, la medalla que se quiere colgar…

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