El servicio de salud que la ineptitud se llevó…

GENTE COMO UNO

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

“En el 2019 fui interna del Hospital HGZ18 Playa del Carmen y desde ahí ese elevador ya no funcionaba. NO FUE CULPA DEL CAMILLERO”, este mensaje se hizo viral en Twitter esta semana, acompañado de dos videos de una persona que un día quedó atrapada en un elevador del mismo hospital donde esta semana murió prensada una niña de 6 años.

La familia de Aitana le da el último adiós, el pasado miércoles.
La familia de Aitana le da el último adiós, el pasado miércoles. ı Foto: Cuartoscuro

Aitana estaba por iniciar su segundo año de primaria, quería ser famosa y grababa videos constantemente para TikTok. El municipio donde vivía queda a unos 140 kilómetros del hospital al que llegó el domingo pasado, para ser atendida por dengue y en el que murió asesinada por una irresponsabilidad administrativa.

Los hechos son confusos y las imágenes demoledoras.

Hoy sabemos que 10 horas antes de la muerte de la niña, se reportó una falla en dicho elevador, por parte de personal de la empresa Soluciones Integrales de Transportación Vertical en México, que habían acudido al sanatorio a realizar diagnóstico y mantenimiento del ascensor.

“Se retiraron sin dejar ninguna notificación, ninguna señalética restrictiva para el uso del elevador por mal funcionamiento”, aseguró Zoé Robledo, director de la Institución, en un video que circuló en redes sociales hasta 2 días después del incidente, cuando incluso el cuerpo de Aitana ya había sido enterrado.

Seis minutos de un video lleno de información técnica, fría y llena de justificaciones insuficientes ante el terrible hecho, que ha dejado en el desconsuelo, no sólo a una familia, sino al país entero.

Se responsabilizó a la empresa Sitravem, quien por cierto, recibió su primer contrato en 2019 —sólo ocho meses después de ser creada— y que al día de hoy suma 27 contratos que alcanzan 31 millones de pesos, según una investigación de Animal Político.

Las autoridades locales fueron capaces de esposar a la camilla en la que convalecía, el camillero encargado de trasladar a la niña, quien lejos de ser responsable de los hechos, resultaba una víctima más de las omisiones administrativas en el área de mantenimiento de dicho hospital.

Afortunadamente fue liberado horas después, y en gran medida, gracias a la presión de los medios.

La Fiscalía de Quintana Roo abrió una carpeta de investigación y la Comisión de Derechos Humanos local inició una queja de oficio que enviará a la CNDH… ¿De verdad creerán que eso va a servir de algo?

No hay que olvidar que en febrero de 2022 la CNDH dirigió al IMSS otra recomendación, señalándole que no puede excusarse de responsabilidad cuando el particular al que encarga un servicio, comete errores que causan perjuicio al usuario.

“Si bien, el IMSS a través de la subrogación de servicios transfiere las funciones que le corresponden, lo cierto es que la prestación de dichos servicios por esa modalidad, siempre será bajo la vigilancia y responsabilidad del Instituto”, señala el documento.

Y es que no es la primera vez que en hospitales del IMSS se registran fallas similares. Ocurrió en el Hospital General de Zona 1 en Zacatecas, un incidente en el que quedó atorado un carro para transportar comida.

En Veracruz, en la Torre Pediátrica, existen al menos 3 reportes de trabajadores que señalan caídas de elevador; así como en el Hospital General de Zona No. 20 en Puebla, donde el año pasado dos personas resultaron lesionadas también por una falla en un elevador.

Fue en Puebla donde se inundó el Hospital General de Zona 35 del municipio de Cuautlancingo, inaugurado apenas en mayo pasado, donde se justificó el hecho en la limpieza de tuberías por la caída de ceniza del volcán Popocatépetl.

En el estado de Hidalgo, en 2021, durante la pandemia y tras el desbordamiento del Río Tula, el hospital de Tula de Allende sufrió una severa inundación, afectando la electricidad que dejó inhabilitado el sistema de oxígeno. 17 personas murieron en aquella ocasión a consecuencia del hecho.

En Aguascalientes, un bebé murió luego de un apagón en el Hospital General de Zona No. 1. La madre denunció que la falta de suministro eléctrico dejó a su hijo sin ventilador y oxígeno, y aunque las autoridades negaron categóricamente el hecho, lo cierto es que trasladaron a pacientes a otras clínicas, aparentemente por no contar con las condiciones para una atención adecuada.

La lista podría seguir y es larga. El IMSS falla y punto. Equipos obsoletos, instalaciones deficientes y una administración omisa, alejan a sus usuarios de la tranquilidad y estabilidad que promete, la institución de la que hoy depende la salud de muchos millones de mexicanos. Es imperdonable.

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