Esperanza y traición a la prensa mexicana

GENTE COMO UNO

Mónica Garza<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Mónica Garza*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

El 1º de diciembre de 2018, en su toma de protesta, el Presidente Andrés Manuel López Obrador prometió que su gobierno nunca aplicaría “a ningún periodista o medio de comunicación censura alguna”.

“Todos van a poder ejercer su libertad de manifestación, de expresión… nosotros vamos siempre a respetarlos, que se va a garantizar en México el derecho a disentir” dijo el presidente textualmente.

A 3 años y 8 meses de aquella afirmación, su relación con la prensa se ha modificado tanto —sobre todo con aquella que lo cuestiona—, que aquel mensaje de tolerancia y apertura, se convirtió en un desprecio inocultable.

“…hay un interés de nuestros adversarios, los conservadores, de magnificar las cosas, de hacer periodismo amarillista, sensacionalista” dijo el pasado 15 de agosto, a propósito de lo publicado en distintos medios, tradicionales y digitales, sobre los bloqueos carreteros y quema de vehículos en diversas ciudades del país.

“Propaganda” le llama el mandatario a la información que se genera sobre la violencia que inevitablemente abraza a México, que lo mantiene desde hace 20 años como el país —sin conflicto armado— más peligroso para el ejercicio periodístico. Nada ha cambiado:

En febrero pasado, precisamente en Tijuana durante una mañanera, la reportera Sonia de Anda tomó el micrófono y antes de hacer cualquier pregunta, con la voz entrecortada hizo un pase de lista de sus 5 compañeros asesinados en lo que iba del año hasta ese momento:

José Luis Gamboa, Margarito Martínez Esquivel, Roberto Toledo, Heber López y Lourdes Maldonado… esta última había advertido las amenazas en su contra y había pedido ayuda, en ese mismo espacio, en marzo de 2019 y frente a López Obrador. Fue asesinada el 23 de enero de este 2022.

Los señalamientos del Presidente contra los periodistas esta semana, son peligrosos, irresponsables y anticlimáticos, porque además fue la misma semana en que fue hallado sin vida —con señales de violencia— otro periodista más, Juan Arjón López, en Sonora.

Juan Arjón López, el periodista asesinado esta semana en Sonora.
Juan Arjón López, el periodista asesinado esta semana en Sonora. ı Foto: Especial

Con él ya suman 14 comunicadores asesinados en lo que va de este 2022, que ya registra la mayor cifra de homicidios contra la prensa en México en los últimos 24 años, según reporta la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Otro informe publicado esta semana por la Organización Artículo 19, detalla que desde el inicio de la actual administración, van 43 asesinatos de periodistas, de los cuales 34 están relacionados con actividades profesionales informativas.

Achichincle, deshonesto, fifí, chayotero, conservador, espurio, fichita, hablantín, hampones, lambiscones, matraquero, paleros, rufianes, pelele, “corazoncito”, simulador, tapadera, títere, zopilote, prensa vendida, son algunos de los adjetivos que ha utilizado el Presidente de la República para referirse a medios o periodistas que cuestionan los resultados de su gobierno.

¿Caben esos adjetivos en el lenguaje de un gobernante que prometió una prensa libre y segura?…

Pero “ni modo que me quede callado” ha dicho el Presidente, quien desde junio de 2021 inauguró en su mañanera el “Quién es quién de las mentiras”, sección dedicada a poner en el patíbulo a todo aquel periodista que cuestione su gobierno o sus acciones.

Incluso exhibiendo datos personales de algunos, con todo lo que ello implica y por lo cual esta semana el Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información (Inai) ordenó una sanción contra López Obrador.

Y es que a los ataques presidenciales contra los comunicadores, normalmente le siguen más ataques por parte de los simpatizantes del mandatario, a los que otros actores anti-gobierno responden con más ataques en sentido contrario, y la suma de todo es el clima de polarización y encono que tanto daño nos ha hecho a todos.

Esta semana el Presidente invirtió más de 7 minutos de una mañanera, en criticar a un solo periodista, Leonardo Curzio, subestimando su preparación por el solo hecho de haber expresado su opinión sobre el nombramiento de la nueva titular de la SEP, Leticia Ramírez.

De acuerdo al último informe de Artículo 19, en México se registra cada 14 horas, al menos un ataque contra periodistas o medios de información.

Es una pena que muchos de ellos comiencen en la mañanera de Palacio Nacional, que en menos de 3 años pasó de ser una esperanza en materia de intercambio de comunicación, a despedir este olor a traición…

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Pedro Sánchez Rodríguez