Con más de 110 mil muertes, México es desde hace semanas uno de los primeros 5 países en el mundo con mayor número de defunciones por Covid-19, lo que por consecuencia aumentó el número de servicios funerarios en todo el país.
De acuerdo al Inegi, de enero a junio las incineraciones en los panteones públicos aumentaron 76.8% con respecto al mismo periodo en 2019, mientras que los entierros crecieron 20.2%.
El instituto realizó la Encuesta Nacional de Agencias Funerarias ante Covid-19 en la que también hace evidente el incremento en el número de eventos, pues de 351 coberturas que realizaban las empresas en febrero, pasaron a 516 en mayo.
El mismo informe revela además que 4 de cada 5 empresas realizaron cambios en la forma en que prestan sus servicios desde que inició la pandemia para cumplir con los protocolos adecuados.
A sólo 45 días de declarada la emergencia sanitaria, la Asociación Nacional de Directores de Funerarias señalaba que las solicitudes de servicios funerarios se habían incrementado 30%, lo que representa cerca de 400 fallecimientos diarios más que atender.
En la encuesta del Inegi, 17.1 por ciento de las compañías que participaron, señalaron un aumento representativo en sus ingresos, uno de los poquísimos sectores que pueden decirse beneficiados por la pandemia, en este caso, muy penosamente…
A los dos meses de iniciada la contingencia sanitaria, el 95% de los restaurantes estaban cerrados y se contabilizaban pérdidas por 50 mil millones de pesos, para junio 340 mil empleos que tenían que ver con la industria de la construcción estaban disueltos y unos 3 mil 600 patrones se vieron obligados a darse de baja del Seguro Social del IMSS debido a la crisis.
Cuando llegó septiembre, la pandemia impidió que 10 mil 668 millones de dólares entraran a diversas empresas turísticas, ocasionando un desplome de 57.3 por ciento, en comparación con los primeros nueve meses del 2019.
Pero en el caso de las empresas de servicios funerarios el panorama es muy distinto, en un año de tanta pérdida y de convivir con la muerte a tan corta distancia, muchos empezaron a pensar en su “seguro de muerte”.
“Porque mañana puedo ser yo, quien no tenga una cama en el hospital, o un espacio en la funeraria o un hueco en el panteón”… y entonces quienes pudieron, decidieron invertir en otro tipo de cosas, como planes de previsión para el fallecimiento.
De acuerdo a la Asociación Nacional de Directores Funerarios, este hábito de compra incrementó entre 15 y 20 por ciento, en sus modalidades “a perpetuidad” (que normalmente se paga a mensualidades por varios años) y el de “asistencia” que está ligado a seguros y corporativos.
El primero oscila entre los 24 y 35 mil pesos y el segundo entre los mil 200 y 2 mil 500 pesos, nada mal para un sector que ha cobrado lamentablemente especial popularidad durante la emergencia sanitaria.
Y aprovechando la nueva modalidad de vida en materia de tecnología, empresas como Grupo Gayosso apostaron por planes de “despedidas virtuales”, que permiten a familiares y amigos de quienes se van, formar parte de una ceremonia en plataforma digital a la que se ingresa con un perfil privado por cliente y un link único compartido por los servicios de mensajería más utilizados, un servicio moderno que aumentó 20 por ciento para agosto.
Así mientras cientos de empresas y negocios bajaron definitivamente la cortina en los últimos meses, firmas especializadas como J. García López esta semana anunció la inversión de 51 millones de pesos en cinco nuevas sucursales que abrirán en 2021 y con lo que esperan controlar el 35 por ciento de este mercado de manera formal.
Y no sólo estarán enfocados en los seres humanos, ahora también en las mascotas, que se volvieron para tantos vitales en tiempos del confinamiento, y por ende, ¡claro! para las empresas funerarias hoy son nuevos clientes potenciales, para quienes ya existe un inmueble exclusivo, que abrió sus puertas al sur de la Ciudad de México.
Con el fin del 2020 la pandemia no se acaba, ni en el 2021 el panorama será más claro, aún con la esperanza de las nuevas vacunas, y mientras tantos negocios agonizan, la realidad es que el de la muerte está más vivo que nunca…