Trampas a la protesta feminista

GENTE COMO UNO

Mónica Garza&nbsp;<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Mónica Garza *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Los 37 heridos, el vandalismo, las encapuchadas, las pintas y los vidrios rotos fueron el principal foco de atención tras la marcha que se llevó a cabo en la Ciudad de México en el marco del Día de Acción Global por un aborto legal y seguro. Pero en esa marcha, eso no es lo único que pasó.

Hubo actos de violencia totalmente reprobables contra mujeres policías, que merecen castigo, pero ajenos a la causa que defiende a víctimas de violencia jurídica y médica en la Ciudad de México, que de manera pacífica marcharon levantando su voz en una protesta legítima.

No podemos olvidar el país en el que vivimos, tan generoso y bello, como misógino, injusto y asesino puede ser, desigual en materia de género en derechos humanos y a la salud, entre otros.

Al día siguiente de la movilización, el presidente López Obrador dijo que le daba “mala espina”…

“Porque si se tratara de un movimiento realmente transformador, lo que se busca es tener la simpatía del pueblo. Una guerrilla, por ejemplo, siempre se apoya en el pueblo. Pero acá no. Aquí parece que lo que se busca es no tener apoyo popular, apoyo en el pueblo. Porque así, no van a tener simpatías”, aseguró.

Y en algo sí tiene toda la razón: el movimiento feminista no busca simpatías.

El movimiento feminista busca respeto a una vida libre de violencia, incluida la garantía para las mujeres del derecho a decidir sobre su cuerpo. Comparar esta lucha con una guerrilla, es un error, producto del desconocimiento del fondo de una acción de orden Global.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación —guste o no— ya declaró inconstitucional la criminalización absoluta del aborto al invalidar el artículo 196 del Código Penal de Coahuila. Decisión que además aplica a todo el país, ya que se decretó que los jueces de los demás estados deberán actuar bajo el mismo criterio.

Feministas protestan a favor del aborto legal, el pasado 28 de septiembre, en
la CDMX.
Feministas protestan a favor del aborto legal, el pasado 28 de septiembre, en la CDMX. ı Foto: Cuartoscuro

Hoy, las mujeres que decidan interrumpir un embarazo ya no pueden ser encarceladas y si algún juez ignora esta decisión de la Suprema Corte, estará violando la Constitución.

A esto se suma la invalidez de la objeción de conciencia del personal médico frente a la práctica del aborto voluntario, que estaba contemplada por la Ley General de la Salud de México.

La Corte señaló que esta figura puede ejercerse “sin poner en riesgo los derechos humanos de otras personas”, precisamente como ocurre cuando se le niega atención médica a una mujer que desea interrumpir su embarazo.

Son logros muy importantes en la agenda feminista de México, pero faltan otros, y las movilizaciones seguirán ocurriendo porque lo que persiguen, no es agradar a un movimiento político, sino visibilizar aquellos casos donde la ley no se cumple, donde la impunidad aun gobierna y otros muchos pendientes que aún quedan.

Actualmente hay al menos 200 mujeres encarceladas por abortar en nuestro país y por desgracia para ellas, el reciente fallo de la Corte no tiene un efecto retroactivo. Hay iniciativas que buscarán liberarlas, pero hasta que no se cristalicen, ellas seguirán en prisión injustamente.

La no criminalización del aborto, no representa su despenalización por completo. La interrupción voluntaria del embarazo sólo es legal, hasta las primeras 12 semanas de gestación, en 4 de los 32 estados de la República: Oaxaca, Hidalgo, Veracruz y Ciudad de México, donde en 14 años se han atendido 237 mil 643 interrupciones de embarazo.

En Aguascalientes, por ejemplo, la legislación establece sanciones por el “delito de aborto” con multas económicas que van, de 40 a 80 días de salario mínimo, hasta 3 años de privación de la libertad.

En ese estado la organización Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), detectó un fenómeno constante de criminalización, entre abril y julio de este año, cuando tuvieron conocimiento de denuncias ante la Fiscalía General del Estado en contra de mujeres, por parte del propio personal de salud, a quienes se les presionó para declarar haberse practicado un aborto con ingesta de pastillas.

“Todas fueron tratadas como criminales y durante su estancia en los hospitales no se les dio la información completa sobre su situación jurídica”, dice el reporte de GIRE.

Por eso, aquellos que intentan poner trampas a la manifestación feminista, aprovechando una situación violenta, provocada por grupos de choque que no representan la causa, con sus piedras y sus gases, para crear otro tipo de polarización, se estrellan con su error.

Porque la lucha feminista por el derecho al aborto legal y seguro, va mucho más allá de simpatías o antipatías de grupos políticos conservadores, disfrazados de izquierda democrática…

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