Montserrat Salomón

2022: incertidumbre económica y pandemia

POLITICAL TRIAGE

Montserrat Salomón *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Montserrat Salomón 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Luego de un 2020 catastrófico para Latinoamérica, el 2021 pareció ser un año de recuperación. Sin embargo, esta “recuperación” estaba contrastada con los números alarmantes del año anterior, por lo que es bastante relativa. El 2022 será cuando notemos realmente si vamos saliendo adelante o no del bache económico y social que significó la aparición del Covid-19. 

En estos momentos la economía no se puede escindir del estado de la pandemia. Mientras el virus siga presionando los sistemas de salud, los gobiernos y las personas sigan gastando en medicamentos, vacunas y distintos insumos para luchar contra la enfermedad y la actividad económica se vea afectada por las medidas de restricción y por las bajas por la enfermedad, la ansiada recuperación no llegará. El crecimiento económico depende directamente del control de la pandemia y de lo que tardemos de salir de ella.

Así las cosas, Latinoamérica está entrando, en la mayoría de los casos, a una cuarta ola debido a la variante Ómicron. Éstas no son buenas noticias ya que se espera, como en el caso de México, un alza en la inflación bastante considerable que, si coincide con un nuevo cierre de actividades comerciales, podría ser fatídica para los bolsillos de millones de personas.

La gran complejidad que presenta este escenario es que se necesita crear equilibrio entre diferentes factores, tanto hacia dentro del país como con relación al entorno internacional. Hacia dentro, necesitamos equilibrar el gasto público para la vacunación y la atención de los enfermos mientras se contiene el contagio con medidas que no ahoguen la economía. Hacia afuera, se tiene que buscar la protección de la propia población, pero apoyar con decisión la inmunización en las regiones más rezagadas del globo para evitar que la pandemia se alargue con la aparición de nuevas variantes.

El reto interno está claro y más o menos se ven estrategias para atenderlo. Sin embargo, cualquier tipo de plan de contención sanitaria o de planeación económica va a estrellarse con un muro si no se atiende el factor internacional. Es claro que la pandemia es lo que ha marcado el rumbo económico mundial en estos dos años y que lo seguirá haciendo en este 2022. La prioridad debería ser terminar con ella para poder, posteriormente, plantear la recuperación regional y nacional. Sin embargo, esta meta requiere voluntad política y entender que es prioritario inmunizar a las regiones relegadas antes que pensar en los niños o en las dosis de refuerzo. Un pensamiento altruista y solidario que no es usual ni común en nuestros días.

México aún no logra la inmunización básica y presenta alta inflación y dificultades de crecimiento. Este año será la prueba de la actual administración.