El virus de la desigualdad

POLITICAL TRIAGE

Montserrat Salomón
Montserrat Salomón Foto: larazondemexico

El inicio de la pandemia del Covid-19, algunos pensaban que se trataba de un virus que atacaba y mataba por igual. La enfermedad devastaba países ricos y pobres y nadie estaba a salvo. Con el paso de los meses nos hemos dado cuenta de que esto no es así. Como en todo, este virus trata diferente a ricos y pobres.

Según el reporte anual sobre desigualdad Oxfam, los grandes billonarios del mundo ya se han recuperado del primer golpe que significó la pandemia. En los primeros meses del 2020 las bolsas cayeron, pero para este inicio del 2021 no sólo se han recuperado, sino que han tenido un crecimiento debido, en gran medida, a los estímulos que diversos gobiernos han inyectado al mercado. Además, siguiendo aquella máxima de que los tiempos de crisis son tiempos de oportunidades, los gigantes económicos han sabido sacar tajada de una situación imprevista aumentando sus arcas. Nada más hay que pensar en el aumento del comercio electrónico o en la salida del mercado de empresas pequeñas y medianas, dejando el camino libre a los grandes competidores.

El reporte antecede al Foro Económico Mundial, en el que dominará el tema de la crisis económica histórica que apenas empezamos a vislumbrar. La realidad es espeluznante, la pandemia incrementará la desigualdad en prácticamente todos los países del planeta, empujando a la pobreza a 60 millones de personas, según datos del Banco Mundial.

Con más de 100 millones de infectados y más de dos millones de muertes en el mundo –donde cerca de la mitad corresponden al continente americano–, la precariedad en la que quedan millones de hogares que han perdido su sustento nos lleva a plantearnos seriamente los pasos a seguir en los siguientes años. Oxfam estima que las personas menos favorecidas podrían tardar una década en recuperarse del golpe económico de esta pandemia. Una década en la que el retraso educativo, de salud y económico implicará un aumento de la brecha de desigualdad que condenará a una generación.

El primer paso que debemos tomar para atajar esta avalancha económica es conseguir una distribución justa de la vacuna contra el Covid-19. Lamentablemente vemos cómo algunos países han acaparado incluso más dosis de las que necesitan, mientras que otros todavía ven lejos la oportunidad de acceder a ellas. Al final, los que tengan dinero podrán conseguirla, dejando a la mayoría de la población desprotegida y, por ende, alargando la pandemia. Lo que no hemos entendido es que la única manera de frenar una pandemia es protegiendo a los más desprotegidos.

Es momento de invertir en servicios públicos de salud, de cuidado infantil, de apoyo al empleo. La lógica de la desigualdad sólo traerá más dolor y muerte. La cooperación internacional será la clave del futuro.

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