Argentina: un descanso

FRENTE AL VÉRTIGO

Pedro Sánchez Rodríguez<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Pedro Sánchez Rodríguez*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

La inflación en México ha cedido aunque sea un poco, y ha alcanzado sus niveles más bajos en este semestre. La experiencia mexicana no es distinta a la de una parte importante del mundo que ha enfrentado una crisis inflacionaria todo este año. Sin embargo, el caso argentino es particular pues está ante una inflación cercana al 100% y cerca de alcanzar su nivel más alto en los últimos 30 años. Nunca sobra mencionar que, con la inflación, el poder adquisitivo de las personas se ve reducido, afectando principalmente a los sectores socioeconómicos más pobres.

Si bien el problema de la inflación ha estado enquistado por décadas en la economía argentina, hoy está fuera de control para el gobierno de Alberto Fernández, quien se ha visto en la necesidad de realizar cambios dentro de su gobierno, especialmente en el Ministerio de Economía. Los cambios son resultado de la necesidad de atender la coyuntura económica, pero obedecen también a la pugna interna dentro del peronismo, en donde el ala comandada por Cristina Fernández de Kirchner sufrió una derrota catastrófica en 2021 y ha ido perdiendo terreno frente a la derecha de Mauricio Macri. No sólo eso, la embestida en contra de la expresidenta no sólo se ha reflejado en el ámbito electoral, sino que también salió adelante de un intento de atentado y enfrenta procesos judiciales por corrupción.

En este sentido, aunque suene a lugar común, la victoria de la selección argentina en el Mundial de Fútbol es agua dulce para el gobierno de Alberto Fernández, que se enfrenta al problema de la inflación, al pago de préstamos al FMI y a una crisis política que pone en riesgo la continuidad de su proyecto. Todos pudimos ver como cerca de cinco millones de argentinos celebraron y abarrotaron las calles de Buenos Aires, para recibir al equipo campeón del mundo. Fue una muestra impresionante de pasión por el fútbol tan propia de ellos, pero también, con la posibilidad de equivocarme, una explosión catártica por parte de un pueblo que no la está pasando bien.

La victoria y el festejo llegan en buen momento para el presidente Fernández, porque ese optimismo y orgullo puede que mejore la percepción sobre su gobierno. No es poca cosa cuando actualmente se enfrenta al dilema de implementar políticas fiscales que son, a todas luces, impopulares para salvaguardar la economía estando a meses de la elección presidencial. Ya nos tocará ver en los próximos meses la evolución de esta situación y el efecto de la victoria de Argentina en el Mundial en las próximas elecciones.

Temas: