Brugada en la CDMX

FRENTE AL VÉRTIGO

Pedro Sánchez Rodríguez<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Pedro Sánchez Rodríguez*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

La contienda por la candidatura presidencial develó una división dentro de las filas del partido en el gobierno entre radicales, puristas del “morenismo” y moderados. Ésta es la clave para entender apoyos, señalamientos y condenas en el caso de la CDMX. La oposición tiene probabilidades, aunque no altas, de conseguir la Jefatura de Gobierno de la CDMX. Este escenario invita al morenismo a pensar de manera estratégica su candidatura y no dejarla en una mera representación de los valores de la 4T.

Los nombres que más han sonado son los de la exalcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada; el exsecretario de Seguridad, Omar García Harfuch; el subsecretario de Prevención y Promoción de la Secretaría de Salud, Hugo López-Gatell; el diputado federal, Miguel Torruco, y el subsecretario de Gobernación, Ricardo Peralta. En este juego algunos tienen con qué competir, otros, como ya lo vimos en el proceso interno para la candidatura presidencial, sirven para legitimar el proceso, publicitarse y buscar alguna otra posición a cambio de su exposición en el proceso.

El morenismo radical no sólo está alineado con los principios generales de la Cuarta Transformación y las decisiones, filias y fobias del Presidente, sino también con las de Claudia Sheinbaum. Clara Brugada ha sido protagonista de la vida política de la Ciudad de México, de la mano de López Obrador. Su papel como líder tuvo un momento crítico.

En 2008, Brugada, exprocuradora social dentro del gobierno de Ebrard y cercana a AMLO, ganó las elecciones internas para ser delegada de Iztapalapa. La guerra entre obradoristas y Chuchos en aquellos años, resultó en una impugnación por parte de Silvia Oliva y el Tribunal Electoral del DF anuló 34 casillas, aún así Brugada seguía resultando ganadora. Pero Silvia Oliva y su esposo René Arce, exdelegado de Iztapalapa, se acercaron al PAN y al PRI, quienes ayudaron a impugnar la resolución del TEDF ante el Tribunal federal, quienes fallaron a favor de Oliva, quien fue declarada candidata a la delegación.

La situación no quedó así. AMLO y Ebrard impulsaron a Juanito para que ganara la delegación, cosa que hizo por 10 puntos por encima de Silvia Oliva. El acuerdo era que Juanito renunciara para entregar el cargo a Clara Brugada, pero después de días de jaloneo en donde Juanito no quería ceder el puesto, finalmente lo hizo. Ésta fue la primera experiencia de Brugada al frente de la delegación Iztapalapa. Luego, en 2018, se convirtió nuevamente en alcaldesa de Iztapalapa, cargo del que fue reelecta en 2021. Al frente de la alcaldía Iztapalapa, Brugada se ha convertido en un referente dentro de la CDMX por la construcción y habilitación de las Utopías, espacios rehabilitados creados para aprendizaje, deporte, educación y cultura.

Brugada tiene el apoyo del obradorismo más duro, así como una fuerte base, pero se enfrentará al exsecretario de Sheinbaum, un personaje no tan apreciado dentro de las filas radicales. De él hablaremos en el próximo espacio.

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