Pedro Sánchez Rodríguez

El Camachista (II)

CARTAS POLÍTICAS

Pedro Sánchez Rodríguez*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Pedro Sánchez Rodríguez
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

A finales del siglo pasado el PRI se faccionó. Surgió el Camachismo como grupo político que se enfrentó al conservadurismo del partido.

A pesar de nunca hacerse del poder presidencial, el Camachismo pervive al paso de los sexenios y los partidos políticos y 30 años después, ahora de izquierda y con Marcelo Ebrard, compite nuevamente por el poder.

Marcelo Ebrard (1959) de ascendencia francesa, internacionalista del Colmex y egresado de la ENA de Francia, encontró en Manuel Camacho su formación política. Su mentor lo educó en las artes políticas de la persistencia, la prudencia, el pragmatismo y la negociación y lo sumergió en las aguas profundas donde la concertación es la única vía para regresar a la superficie.

En 1993, cuando Camacho era regente del DF y Ebrard secretario general, un contingente de exempleados de Pemex de Tabasco y Veracruz, liderados por Andrés Manuel López Obrador se instalaron en el Zócalo capitalino a semanas de la celebración del Grito de Independencia. Para evitar una represión con la fuerza pública, Ebrard y Camacho tuvieron que negociar con AMLO el pago de las liquidaciones de sus convocados para que dejaran libre la plaza. Éste fue el primer contacto de Ebrard con López Obrador.

Este episodio ilustra bien el Camachismo, el cual se precia de estar formado dentro de una tradición de negociación política. El problema es que, por una parte, salvaba al régimen de sus excesos y caprichos, pero eso también los acercaba sospechosamente a la oposición.

Después de las negociaciones con el EZLN y de que la tensión política se resolviera trágicamente con el magnicidio de Colosio, llegó Zedillo, llegó diciembre y llegó la crisis. Una política económica basada en el endeudamiento, la apreciación del dólar, la crisis política y el aumento en las tasas de interés en Estados Unidos, obligaron a una devaluación del peso de más del 100% y provocó la quiebra de los bancos, desempleo y una caída del PIB del 6.2%. Millones de personas perdieron su patrimonio. Zedillo decidió rescatar a los bancos, privatizados pocos años antes, mediante la conversión de su deuda privada en pública a través del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa).

En 1995, Emilio Chuayffet a cargo de la Segob, prohibió a los medios de comunicación nombrar a Camacho y Zedillo le ofreció a Camacho la embajada en Francia, a lo cual declinó. Los Camachistas entendieron el mensaje y salieron del PRI. El año siguiente, Ebrard, se reencuentra con López Obrador, entonces presidente del PRD, para hablar sobre la estrategia a seguir en contra del Fobaproa.

En 1997, Ebrard se enfrenta al gobierno de Zedillo por el Fobaproa desde su curul como diputado federal por el Partido Verde y un año después como independiente. En su camino, se enemistó con José Ángel Gurría, entonces secretario de Hacienda y hasta hace muy poco secretario general de la OCDE y también se enfrentó con Santiago Creel, quien con el respaldo de Felipe Calderón y otros diputados impulsaron la creación del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), institución heredera del Fobaproa, en 1998.

Ese mismo año, luego de que Cuauhtémoc Cárdenas, del PRD, se convirtiera en el primer Jefe de Gobierno electo, los Camachistas se reagruparon. En una casa de la colonia del Valle, de la familia Ebrard, montaron el centro de operaciones del nuevo Partido Centro Democrático (PCD). En 1999, obtuvieron su registro para competir en las elecciones del 2000. Marcelo Ebrard compitió por la Jefatura de Gobierno del DF, pero declinó por AMLO, candidato del PRD, quien derrotó a Santiago Creel del PAN. El PCD perdió el registro en el 2000, pero el gesto de Ebrard lo llevó a la Secretaría de Seguridad Pública con AMLO.

Camacho contendió por la Presidencia en donde no pasó del 1% y utilizó su campaña y el debate para atacar a Francisco Labastida, del PRI, quien meses antes lo había señalado como el responsable moral del asesinato de Colosio. Su paciencia se agotó y no se mostró con la prudencia que muchos le reconocían, sino como un resentido. Demetrio Sodi, excandidato del PAN al gobierno del DF, le confió a Guillermo Osorno una verdad sobre Camacho: “Una cosa es hablar con la oposición y otra es tener la confianza de la oposición”. Puedes dejar el PRI, pero el PRI nunca saldrá de ti. Continuará…

Fe de Erratas: El coordinador de campaña de Carlos Salinas fue Luis Donaldo Colosio, no Manuel Camacho, como anotamos en la primera entrega de El Camachista.