La editorial Planeta publicó recientemente el libro de la Doctora Ximénez-Fyvie, Un daño irreparable. El libro no es serio, pero sus críticos tampoco. Dicen los críticos de izquierda anti-tecnocrática en México que el libro es débil, porque lo escribió una dentista, cuando en el gabinete muchos no son expertos en su ramo. El simple hecho de que la autora no sea neumóloga en el INER, ni Doctora en Epidemiología, pero si Cirujana Dentista y Doctora en Ciencias Médicas por Harvard, no invalida sus argumentos, aunque el libro sea malo.
Estas críticas en contra de la persona y no lo que dice, nos alejan de la posibilidad de discutir los temas que importan. La situación se vuelve aún más nauseabunda, dado que el libro, de hecho, no es esclarecedor ni novedoso. No es un texto científico, pero tampoco de divulgación, es un compendio de opiniones adversas al Gobierno federal. Pero eso no fue relevante. Lo importante fue criticar despiadadamente la trayectoria de la autora, como si las únicas voces autorizadas para criticar la gestión de la pandemia fueran los epidemiólogos.
La banalidad de las críticas no proviene de la superficialidad de los que las emiten. Es una estrategia de debate bien ensayada, que desarma la atención de lo que importa y lo mezcla en un sinfín de agresiones hacia el que se atreve a dar su opinión. Contamina el debate, lo desestabiliza. Pero no se queda ahí, empeora cuando el argumento de la cientificidad y la tecnificación se eleva por encima de todo e invalida no sólo al emisor sino también al receptor, a nosotros.
En las conferencias vespertinas en donde se da cuenta de las acciones y el estado de casos activos y defunciones por Covid-19, un ejercicio de transparencia sin precedentes, no se tiene certeza sobre la información que se da. No sabemos si multiplicar las sumas por 1, por 3, por 8 o por 30, porque les resulta tan ocioso como contar granos de azúcar: mejor dividir entre cero. Esta situación es inaceptable e inherentemente cruel porque SÍ podríamos saberlo, pero han decidido que lo que pasa no se puede saber o no lo vamos a entender. Las pruebas para detectar casos activos de Covid-19, les son irrelevantes porque se aplican principalmente para pacientes con síntomas y no a asintomáticos, bajo la lógica de para qué quiere saber, si cuando le toque se va a enterar.
Más transparencia no equivale a más verdad. Los números siguen sin dar en la conferencia y en los hospitales y cualquiera puede señalarlo, discutirlo, defenderlo o contradecirlo porque lo estamos viviendo. Pero para qué… lo que ahorita urge discutir es la trayectoria de la Dra. Ximénez-Fyvie y si escribió una o tres veces que Gatell es un sex symbol (fueron 3, eso sí lo saben contar).