El futuro se juega en el Congreso

FRENTE AL VÉRTIGO

Pedro Sánchez Rodríguez<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Pedro Sánchez Rodríguez*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Las elecciones de 2024 ya están en juego. Muchos estamos con los ojos puestos en la batalla en dos campos que se está librando en Morena y en el Frente para definir a sus coordinadores de proyecto (precandidatos), pero es importante no perder en cuenta otras implicaciones de la elección del próximo año.

Al corte del 28 de julio podrán votar cerca de 96 millones de personas para la elección del Presidente de la República, así como por 128 senadores y 500 diputados. Si bien es el puesto de Presidente el que llama la atención de gran parte de la ciudadanía, quizás por el legado del hiperpresidencialismo priista, la elección de los congresistas también debería interesarnos. En 2018, Morena y sus aliados consiguieron, por las preferencias electorales, la cláusula de sobrerepresentación del 8% y los convenios de coalición, la mayoría en ambas cámaras, que se vio reforzada con el apoyo que posteriormente le diera el Partido Verde.

Esto le permitió a López Obrador gobernar con una soltura que no se había visto en décadas de gobiernos divididos, y ha sido en buena parte una de las razones por las cuales, para un sector de la población que no votó por Morena, las decisiones de la 4T, conseguidas por sus mayorías, son autoritarias. En este espacio de opinión hemos rebatido ese argumento diciendo que las mayorías de Morena, elegidas por voto popular, aunque también cuestionadas por la oposición, lo que han producido es un juego mucho más intenso entre los tres poderes y un protagonismo exacerbado del Poder Judicial y, sin embargo, a la postre, una democracia funcional.

El sistema de frenos y contrapesos depende en buena parte de un supuesto de evaluación periódica de los funcionarios electos por la vía democrática. Es decir, la mayoría en el Congreso por parte de Morena y sus aliados entra en el juicio ciudadano, así como en 2021 en la Cámara de Diputados, en 2024. Depende de la ciudadanía el darle al próximo Presidente de la República la soltura que se le dio a López Obrador en 2018, matizarlo o controlarlo. Con esta decisión ciudadana, entra en juego también la potestad del nuevo Presidente de proponer y de dos terceras partes del Senado —de elegir— a 5 nuevos ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación durante el periodo 2024-2030. Esto significa que si Morena consigue una mayoría aplastante como la de 2018, el balance dentro de la SCJN podría verse trastocado.

Según encuestas, el 68% de los mexicanos considera que el partido del próximo Presidente debería tener mayoría en la Cámara de Diputados, y se estima que Morena podría obtener cerca del 40% de los votos para esta cámara. Por lo tanto, es crucial observar atentamente las configuraciones de las coaliciones electorales y el desempeño de las campañas para el Congreso, ya que de ello dependerá el poder y la influencia del próximo gobierno.

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