Juegos Resueltos y Retos

CARTAS POLÍTICAS

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

Estamos ya a una quincena de que termine el año. Un año preelectoral intenso en el que se resolvieron muchos de los juegos de poder que se desarrollaron este sexenio.

Lo importante no era ganar, sino participar: La disputa por la candidatura presidencial de Morena se resolvió a favor de Claudia Sheinbaum, dejando malherido políticamente al excanciller Marcelo Ebrard, quien no sólo perdió cualquier posibilidad de aspirar a la Presidencia en el futuro y cuyo berrinche lo dejó, también, varado durante el trajín del siguiente gobierno. En este juego, sólo se enoja el que tiene algo que perder y ése fue el caso de Ebrard. Por su parte, Adán Augusto López en este sexenio pasó de ser gobernador de Tabasco a secretario de Gobernación a solicitar una embajada; Ricardo Monreal, el senador por excelencia de Morena, así como el diputado Fernández Noroña del PT y el güero Velasco del PVEM, ganaron perdiendo y tienen —y seguramente tendrán— un espacio dentro del juego de poder de Sheinbaum.

Inxenuidad: El Frente Amplio no quiso esperar a que Morena se le adelantara y con ello la brecha se ampliara y casi a la par diseñó y puso en marcha un proceso de selección para su candidatura presidencial. Participaron el PAN, el PRI y el PRD, así como organizaciones de la sociedad civil que ayudaron a caldear los ánimos cuando la alianza parecía que se debilitaba. El proceso resultó en la elección de Xóchitl Gálvez, lo cual desató una fuerte campaña en medios, incluso nombrando su impacto mediático como el fenómeno Xóchitl, fenómeno que a la fecha se ha desvanecido y ha tenido dificultades para hacerse más fuerte.

Ganar perdiendo: Clara Brugada se quedó, gracias al principio de paridad de género, con la candidatura de Morena en la capital aun cuando quedó 20 puntos por debajo en las encuestas frente al exsecretario de Seguridad de la CDMX, Omar García Harfuch. Por su parte, Harfuch admitió los resultados y ahora formará parte del equipo de campaña de Sheinbaum, será senador de la República e incluso podría ser el próximo secretario de Seguridad a nivel federal. La historia de la Ciudad de México se replicó en otros espacios locales donde excontendientes perdedores a candidaturas a gobernador se verán premiados con senadurías e incluso secretarías en el gabinete federal.

Frenos y contrapesos: López Obrador gobernó durante su sexenio con mayorías en el Congreso, aunque no fueron suficientes para aprobar las reformas constitucionales que pretendía. Por lo anterior, se vio “limitado” a hacer reformas legales, que muchas fueron combatidas en el Poder Judicial, provocando fuertes tensiones. AMLO ya propuso a 5 de los 11 Ministros, incluyendo a la recientemente designada Lenia Batres, y la próxima presidenta podrá proponer a otros 4 Ministros. Ahí radica la importancia de que la oposición pueda tener un peso real en el Congreso, especialmente en el Senado, para que los ministros de la Corte no tengan perfiles evidentemente proclives a la 4T.

Deudas: El gobierno de López Obrador ha sorprendido por la estabilidad macroeconómica y el crecimiento del país, el cual se ha visto beneficiado por el conflicto entre Estados Unidos y China que ha incrementado el número de empresas que se han instalado en México y por lo tanto la inversión privada. A su vez, el fortalecimiento del mercado laboral y el incremento en el salario mínimo ha provocado un aumento en el consumo que ha fortalecido la economía mexicana. No obstante, su gobierno ha perjudicado al sistema nacional de salud y al sistema educativo nacional. Decisiones mal ejecutadas han provocado un rezago que será difícil recuperar en el corto plazo. En materia de seguridad no ha logrado hacer frente al crimen organizado y a la delincuencia que sigue incrementando el número de muertos y desaparecidos en el país.

Retos para el 2024: El próximo gobierno seguramente tendrá que realizar una reforma fiscal para obtener recursos para programas, proyectos e impulsar sus propias políticas públicas y para poder mantener bajo control el déficit público. También tendrá que tomar cartas en el asunto sobre la difícil situación financiera que atraviesa Pemex. Por otra parte, seguramente el próximo gobierno tendrá que verse de nuevo las caras con un presidente republicano en Estados Unidos, posiblemente Donald Trump, lo cual pone el foco en la agenda migratoria, seguridad y aranceles.

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