Hay que decirlo: la permanencia de un tratado comercial en América del Norte es un logro de la administración de Enrique Peña Nieto. Sin embargo, la visita del Presidente de México a la Casa Blanca es un éxito rotundo e incuestionable de AMLO como Jefe del Estado mexicano y del canciller Marcelo Ebrard.
El comunicado que leyó el Ejecutivo federal, como no acostumbra normalmente hacerlo, estuvo lleno de puntos clave en donde estableció de manera clara y contundente que existen agravios cometidos por Estados Unidos que no han sido olvidados, pero sí superados con base en acuerdos.
Se refirió no sólo a los traumas históricos de México por las intervenciones estadounidenses, sino también a las palabras despectivas del ahora presidente de Estados Unidos hacia los mexicanos. AMLO hizo mención a la población mexicana en esa nación, a los que se refirió como trabajadores creativos y con una mística de trabajo incomparable, buenas personas, interesados en trabajar por el bien de los dos países. El pronunciar esas palabras, en la Casa Blanca, al lado de Trump como presidente de Estados Unidos, tiene un peso importantísimo para nuestros connacionales en EU y no se había hecho en administraciones anteriores.
Otro punto destacado del discurso es el de los agradecimientos del Presidente mexicano a su homólogo por respetar la soberanía nacional y no tratarnos como una colonia. Como es costumbre del mandatario de nuestra nación, plantea un tema que no estaba en el debate y que recuerda a las temáticas de las primeras décadas del siglo XX. Sin embargo, en este caso se trata de agradecimientos con miras al futuro. Una vez que el presidente estadounidense finalmente reconoce a México como un aliado y no un enemigo, el Ejecutivo mexicano agradece al estadounidense por tratar con respeto a nuestro país, reconocer la importancia de los mexicanos en EU y no intervenir en la política nacional. Claramente no se refirió al pasado, los agravios ya fueron cometidos, habla de lo que viene.
En el sexenio anterior, el presidente estadounidense era visto como el principal y más peligroso enemigo de México. Por lo menos tres personalidades mexicanas que estuvieron presentes en la visita de este miércoles, hicieron declaraciones con relación al peligro de Trump para nuestro país, empezando por el Presidente AMLO, por el canciller Ebrard y el empresario Carlos Slim. Hoy se percibe a Trump como amigo y aliado de México. Como en agosto de 2016, en plena campaña presidencial, el Gobierno mexicano apostó por Donald Trump como el hombre fuerte de Estados Unidos para fortalecer la relación entre los dos países. La apuesta, aunque humillante y dolorosa, le resultó ventajosa a México. Sólo el tiempo dirá si esta nueva apuesta, infinitamente más digna, será provechosa para la relación México-Estados Unidos.