Regreso al consenso

CARTAS POLÍTICAS

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Todo puede pasar, pero hasta el momento lo más probable es que Claudia Sheinbaum de Morena, PVEM y PT sea la próxima Presidenta de México.

La mayoría de las encuestas electorales para las elecciones presidenciales le dan una ventaja de dos dígitos sobre su contendiente Xóchitl Gálvez de PAN, PRI y PRD. Las casas de apuestas, como Polymarket, muestran que hay cerca del 95% de probabilidad de que Sheinbaum gane.

No obstante, a dos semanas de las elecciones de este 2 de junio, la estrategia del Frente es convencer al electorado de que la contienda no está decidida, que todavía hay esperanza. Esto se sustenta en cuatro factores.

El primero: La encuesta de Massive Caller contradice sorprendentemente al resto de las casas encuestadoras tradicionales y muestra una ligerísima ventaja de Xóchitl frente a Claudia, lo que alimenta la narrativa de la oposición, independientemente de que su estudio resulte cuestionable.

El segundo: La estrategia del Frente es lograr que más personas vayan a las urnas, la narrativa es que el incremento de votantes, no movilizados, tendrían una preferencia más inclinada al Frente. Lo cerrado de las contiendas electorales puede motivar a más votantes a acudir a las urnas y que el Frente pueda sumar algunos de esos votos. Además, se espera que las estructuras territoriales, que mantiene el PRI y el PAN a nivel nacional, tengan un juego importante en la movilización del voto.

El tercero: Este domingo se llevará a cabo una nueva marcha en el Zócalo de la denominada Marea Rosa en donde tanto Xóchitl Gálvez como Santiago Taboada serán oradores. La manifestación tiene como eslogan “Salvemos la democracia”, y se espera una nueva concentración multitudinaria en la CDMX, cuyo efecto mediático e inspiracional se espera se sume al del tercer debate presidencial, que se llevará a cabo más tarde ese mismo domingo.

El cuarto: Sorprendentemente y a pesar del intento fallido de Samuel García, gobernador de Nuevo León, por contender a la Presidencia y la llegada tardía de Máynez a la carrera, la campaña de MC no se ha descarrilado. Aunque claramente MC no tiene posibilidad alguna de competir por la Presidencia, para el partido de Dante Delgado esta elección es su punto de partida para el futuro, por lo que declinar por Xóchitl sería un error. No obstante el Frente ha elevado el costo de dicha decisión y ha intentado mostrar a MC como un esquirol de Morena. La estrategia del Frente es llamar al voto útil e intentar dividir lo menos posible el voto anti-Morena, intentando atraer a los votantes naranjas a su plataforma.

En suma, si estos cuatro factores se conjugan, sí que pueden tener un efecto positivo para la campaña de Xóchitl Gálvez, que se refleje en una diferencia en las elecciones del 2 de junio por debajo de los 10 puntos, pero no para darle una victoria. Si se cumple ese objetivo, ya es mucho. Las formas importan.

Sí. En ambas Cámaras del Congreso se prevé que Morena y aliados alcancen la mayoría absoluta (50% +1) y tengan la capacidad de aprobar reformas legales por sí mismos. Sí, de llegar Sheinbaum al poder, la salida del ministro Aguilar abre la puerta para que llegue a la Corte un nuevo ministro más alineado a la visión 4T (aunque las últimas votaciones en la SCJN muestran que Morena no las trae todas consigo).

Pero si Sheinbaum gana con menos de 10 puntos y no con 30, y si Morena pierde la CDMX, Morelos y, por ahí, Veracruz, hay un mensaje claro y es que no habrá un Ejecutivo fuerte cuya legitimidad proviene de una súper mayoría electoral como en 2018. Tendremos un Ejecutivo que deberá cuidar más las formas, procurar más el consenso y pensar más en el futuro electoral de su coalición.

Este sutil coqueteo al gobierno dividido se suma al contexto geopolítico del nearshoring, así como al déficit público y el hambre fiscal. Estas condiciones moderarán la visión estatista sobre los bienes y servicios públicos, que se ha mantenido en la presente administración, específicamente lo relacionado con la energía y los hidrocarburos, y permitirán atender de forma más democrática la crisis hídrica que atraviesa México.

Por lo tanto, se prevé que haya una mayor participación del sector privado en dichos ámbitos y un replanteamiento de la participación de la CFE y Pemex en los mismos sectores, sin que ello implique un abandono, pero sí una reformulación de las políticas sociales impulsadas por López Obrador y una visión garantista pro-derechos, que está presente en los planes de gobierno de las tres plataformas electorales.

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