El reto de marzo

FRENTE AL VÉRTIGO

Pedro Sánchez Rodríguez&nbsp;<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Pedro Sánchez Rodríguez *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Finalmente, luego de la tensión vivida en el Congreso, entre la oposición y el oficialismo, se publicó en el DOF, el pasado 14 de septiembre, la Ley Federal de Revocación de Mandato, legislación reglamentaria del Artículo 35, Fracción IX, de nuestra Constitución. En un escenario lógico, dicho instrumento hubiera sido propuesto por la oposición y no por el gobierno en turno y, en todo caso, aplicaría para el próximo presidente y no para el actual. No deja de ser desconcertante que la oposición vea a la revocación de mandato como una mina explosiva y no como una oportunidad para remover a su adversario.

La revocación de mandato es un instrumento de participación solicitado por lo menos por el 3% de la lista nominal de electores, distribuido, a su vez, por lo menos con el 3% de las listas nominales de por lo menos 17 entidades federativas, para determinar la conclusión anticipada del cargo del Presidente. La pregunta que se planteará es: ¿Estás de acuerdo en que a (nombre), Presidente/a de los Estados Unidos Mexicanos, se le revoque el mandato por pérdida de la confianza o siga en la Presidencia de la República hasta que termine su periodo? Para que los resultados de la revocación sean obligatorios, la participación debe ser por lo menos del 40%, y para que la revocación de mandato surta efectos, la votación a favor debe ser por mayoría absoluta.

La Encuesta Nacional sobre Cultura de la Legalidad y Agenda Legislativa 2019, concluye que las personas que están de acuerdo con la revocación probablemente sean jóvenes, con educación por lo menos de secundaria y de un nivel socioeconómico medio alto. A su vez, es probable que quienes estén en contra sean mujeres, mayores de 46 años, sin instrucción escolar, con primaria o secundaria y de un nivel socioeconómico bajo. En suma, 76% de las personas está de acuerdo y 18% está en contra.

En agosto de 2021, las encuestas reflejaron que de realizarse la consulta de revocación, 56% de las personas votarían por la continuidad de AMLO y 40% que no continúe. En la pasada consulta para castigar a los expresidentes, 98% votó por el sí y 1.5% por el no, y participó 7% de la lista nominal. La diferencia con la revocación es que existe un incentivo para la movilización por parte de la oposición con la finalidad de lograr el 40% de participación de la lista nominal, y tener oportunidades de revocar el mandato de AMLO. Pero, a su vez, de no lograrlo, estarían dándole un bono de legitimidad de cara al final de su sexenio, y sumaría una nueva derrota que podría afectar su desempeño en 2024. Por lo tanto, si la oposición enfrenta el reto que le coloca el Presidente, para marzo de 2022, debe ser una operación con bisturí.

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