La hora de Chile

VIÑETAS LATINOAMERICANAS

Rafael Rojas
Rafael Rojas larazondemexico

El reciente plebiscito nacional en Chile ha producido la imagen rotunda de una mayoría favorable a convocar un proceso constituyente que ofrezca al país una nueva Carta Magna. Pocos dudan que la chilena será una de las experiencias de cambio constitucional decisivas del siglo XXI en América Latina y el Caribe.

La importancia de este proceso está anclada en un presente de crisis integral de las sociedades latinoamericanas. No sólo de crisis sanitaria y económica sino de agotamiento de diversos modelos que entraron en tensión geopolítica en las últimas décadas. De un lado, el modelo neoliberal o de las transiciones democráticas de los años 80 y 90. Del otro, la izquierda bolivariana de la primera década del siglo XXI que, más allá de sus divergencias internas, propició, en la práctica, poderes concentrados y reeleccionistas, como ha podido observarse en Venezuela, Nicaragua y, en menor medida, Bolivia.

Es cierto que el llamado “nuevo constitucionalismo latinoamericano” es algo más amplio y plural que el bloque bolivariano. Nada más habría que revisar, por ejemplo, las diferencias que existen entre las constituciones de Ecuador y Bolivia, que siendo claramente democráticas avanzan en el reconocimiento derechos comunitarios y ambientales, y la cubana de 2019, que sigue estableciendo el partido comunista único y la ideología de Estado “marxista leninista”.

El caso es que ninguno de los países gobernado por la izquierda no bolivariana a principios del siglo XXI, el Brasil de Lula y Dilma, la Argentina de los Kirchner, el Uruguay de Vázquez y Mujica o el Chile de Lagos y Bachelet, vivió un proceso constituyente y produjo una nueva Constitución. Es Chile el primer país donde una izquierda hegemónica no bolivariana intervendrá en un proceso constituyente.

La oportunidad es histórica porque permitirá observar hasta dónde llega la imaginación constitucional en la izquierda democrática latinoamericana. Como hace medio siglo, cuando Salvador Allende se convirtió en el primer dirigente socialista en alcanzar la presidencia por vías democráticas, la cultura política regional vuelve a gravitar hacia ese país suramericano.

La convención constituyente que se elegirá en abril de 2021 será paritaria en materia de género y contará con representación de los pueblos originarios. La ruptura con el neoliberalismo se reflejará, probablemente, en el reforzamiento del sector público en educación, salud, pensiones y demás derechos sociales. La fricción con el autoritarismo bolivariano se constatará en el respeto al equilibrio de poderes y, seguramente, en el avance de la lógica parlamentaria.

Cuando llegaron a la presidencia Andrés Manuel López Obrador en México y Alberto Fernández en Argentina se habló de la posibilidad de una consolidación de la izquierda postneoliberal y postchavista en América Latina. Esa tendencia, que no acaba de despegar plenamente, podría recibir un impulso decisivo desde Chile.

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