La nueva fórmula antimexicana

VIÑETAS LATINOAMERICANAS

Rafael Rojas*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Rafael Rojas
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Donald Trump ya es candidato a la presidencia de Estados Unidos por el Partido Republicano y ha escogido como compañero de fórmula al senador J. D. Vance del estado de Ohio. Vance se ha destacado por defender una mayor extensión del muro fronterizo y reforzar las políticas de seguridad en contra del narcotráfico. El senador está convencido de que los cárteles mexicanos controlan la producción y venta de fentanilo, que deben ser combatidas como una amenaza a la seguridad nacional del vecino del norte.

Vance ha declarado reiteradamente que la política migratoria de Joe Biden, que llama de “puertas abiertas”, es responsable de la muerte de miles de estadounidenses por el tráfico y consumo masivo de drogas. En 2022, Vance, que se define a sí mismo como un “conservador outsider”, dio a conocer un spot publicitario en que rechazaba que defender una política migratoria hermética o de puertas cerradas pudiera ser considerado “racista”.

En aquel spot, el senador Vance resumía las ideas plasmadas en su libro Hillbilly, una elegía rural (2017), un best seller llevado al cine, donde contó la historia de la muerte de su madre, víctima de las drogas. Durante su campaña legislativa, el conservador sostuvo que su madre murió de una sobredosis de heroína y que, para él, su lucha contra las drogas era una causa personal que no podía encapsularse en el calificativo de “racismo”.

Vance presenta su estrategia contra la migración y las drogas como una cruzada contra la muerte. Aunque niegue retóricamente su condición racista, la criminalización del migrante mexicano y latinoamericano es perfectamente detectable en su discurso. La elección de Vance como compañero de fórmula de Trump busca reforzar el ángulo antimexicano del trumpismo, que podría verse rebajado por el interés de Washington en mantener a flote el T-Mec.

Si el escenario de una relación bilateral complicada, luego de que Andrés Manuel López Obrador abandone la Presidencia, era factible, con una vicepresidencia de Vance puede volverse explosivo. Trump usará a su vicepresidente para enervar a su base nativista, partidaria de un mayor control migratorio y una política doméstica basada en la “amenaza mexicana”.

La política exterior de México, que encabezarán Claudia Sheinbaum y Juan Ramón de la Fuente, necesitará de todos sus recursos diplomáticos, legislativos, comerciales y mediáticos para hacer valer los intereses nacionales. Intereses que pasan por un flujo migratorio constante y ordenado, en que México es inevitable lugar de tránsito.

Un componente que siempre mantuvo a flote las relaciones entre Estados Unidos y México fue el vínculo de amistad que AMLO logró establecer tanto con Trump como con Biden. Ese componente ya no estará más, o estará de un modo menos presente, por lo que se abren las posibilidades de diferendos incómodos. Ante ese riesgo, la diplomacia mexicana debería regresar a sus altos índices de realismo y profesionalidad.