Donald Trump y su colonización del Partido Republicano en Estados Unidos forman parte del ascenso de derechas extremas en todo el mundo, que han estudiado Enzo Traverso, Pablo Stefanoni y otros autores contemporáneos. Como en Francia con Marine Le Pen o en Brasil con Jair Bolsonaro, esa colonización de una derecha liberal clásica se da acompañada de analogías históricas y usos partidistas del pasado que intentan naturalizar el trumpismo en la historia de Estados Unidos.
Un libro reciente, coordinado por la historiadora Ana Rosa Suárez Argüello en el Instituto Mora, se propuso estudiar cada uno de esos usos y analogías, con el fin de precisar el lugar del trumpismo en la historia de Estados Unidos. El libro Descifrando a Trump desde la historia (2020) es uno de los ejercicios historiográficos más brillantes que se han realizado en México, en los últimos años, y una buena muestra del conocimiento de Estados Unidos en medios académicos mexicanos.
Un libro reciente, coordinado por la historiadora Ana Rosa Suárez Argüello en el Instituto Mora, se propuso estudiar cada uno de esos usos y analogías, con el fin de precisar el lugar del trumpismo en la historia de Estados Unidos. El libro Descifrando a Trump desde la historia (2020) es uno de los ejercicios historiográficos más brillantes que se han realizado en México, en los últimos años, y una buena muestra del conocimiento de Estados Unidos en medios académicos mexicanos
Es común que los presidentes de Estados Unidos proyecten identificaciones electivas con sus antecesores. No necesariamente esas identificaciones siguen una lógica partidista, ya que muchos demócratas se identifican con Abraham Lincoln, que era republicano, y muchos republicanos se identifican con Woodrow Wilson, que era demócrata.
En el caso de Trump, fue evidente su intento de asociarse a la figura de Andrew Jackson, demócrata sureño del siglo XIX, y no pocos establecieron paralelos entre el magnate de Nueva York y Richard Nixon, por la polarización que generaron, la estrategia de “law and order” que intentaron aplicar y la sombra del impeachment o la renuncia al final de sus mandatos.
Gerardo Gurza y Andreu Espasa se encargan de cuestionar esas analogías fáciles y reconstruyen las líneas fundamentales de las presidencias de Jackson y Nixon con el fin de exponer la manipulación de la historia. En una línea de interpretación paralela, Erika Pani, Raquel Saed Grego y Paolo Riguzzi rastrean antecedentes de algunos rasgos del trumpismo en la guerra civil del siglo XIX y la disputa por su legado, en la relación conflictiva de la Casa Blanca con los medios de comunicación y en la marca del populismo, el proteccionismo y el unilateralismo en diversos momentos de las políticas económicas e internacionales de Estados Unidos.
El libro coordinado por Suárez Argüello propone dos cosas a la vez: una crítica del analogismo histórico y la manipulación del pasado, como mecanismos de legitimación de la presidencia de Donald Trump, y un recuento de precedentes del trumpismo en la historia de Estados Unidos. Ambas dimensiones se unen en un volumen que ayuda a comprender el enorme impacto que tuvo en el Partido Republicano y en la derecha global la breve y turbulenta presidencia de Trump
Similar enfoque, aunque centrado en los temas de migración, la seguridad fronteriza, el nacionalismo y la xenofobia, aplican Ana Rosa Suárez, Marcela Terrazas, Diana Irina Córdoba y María del Carmen Collado en sus respectivos capítulos. En estos textos, el trumpismo, más que una rareza o desvío en la historia de Estados Unidos, aparece como la exacerbación de algunos patrones de conducta relacionados con la expansión territorial, el imperialismo y el racismo en la experiencia bicentenaria de esa nación.
El libro coordinado por Suárez Argüello propone dos cosas a la vez: una crítica del analogismo histórico y la manipulación del pasado, como mecanismos de legitimación de la presidencia de Donald Trump, y un recuento de precedentes del trumpismo en la historia de Estados Unidos. Ambas dimensiones se unen en un volumen que ayuda a comprender el enorme impacto que tuvo en el Partido Republicano y en la derecha global la breve y turbulenta presidencia de Trump.
El libro, provocado en buena medida por el asombroso triunfo del empresario de Nueva York en 2016, adquiere ahora una renovada actualidad. Las elecciones de 2024 ofrecerán la prueba definitiva sobre la naturalización del liderazgo de Trump en Estados Unidos. Si logra nuevamente la postulación del Partido Republicano, Trump demostrará que sigue siendo el referente fundamental del conservadurismo estadounidense. Y si sobrelleva con éxito su segundo mandato, frente a un Partido Demócrata por ahora debilitado, podría aspirar a un tercero, imprimiendo un sello alarmante a la tercera década del siglo XXI.