“Dejémoslo decidir su futuro sin presiones. Suya, y de nadie más, ha de ser la decisión, puesto que suyas serán las consecuencias.” Así finaliza la columna semanal de Agustín Basave ¿qué hay en un nombre? donde hace una reflexión con original aprecio sobre la ruta de Luis Donaldo Colosio Riojas y su futuro.
Y viene a bien esta reflexión en medio de uno de los días más aciagos de nuestro calendario político, que ocurre cada 23 de marzo, que además congrega toda la carga de aquel 94; ese día se abrió una herida social que los mexicanos recuerdan como si fuera ayer ¿quién no piensa en lo que estaba haciendo en esos momentos?
Ese 1994 quedó tatuado en el imaginario colectivo nacional, desde el levantamiento de enero, pasando por los Idus de marzo, hasta el error de diciembre. Ese año también fue parteaguas y nos trajo una generación que arribó al poder y que ha conformado la élite mexicana hasta nuestros días.
Antes de ser candidato a diputado local, Colosio Riojas, tuvo pocas intervenciones siendo joven abogado del Buffete Basave, Colosio y Sánchez; cauteloso y fuera del escándalo, cuidando sus palabras, parece que siempre tuvo claro el peso en sus hombros.
En una pieza que estuvo más pensada en el futuro que en el presente, y de cara a las elecciones 2021, el equipo de Colosio Riojas presentó una bioserie de 9 breves capítulos, titulada “El Legado”, donde presenta algunas de sus experiencias y momentos íntimos con su familia. Su hermano Fernando Corona Riojas, narra un episodio revelador. En febrero de 2009, Donaldo escribiría: “Hoy no estoy preparado lo suficiente para ser servidor público, y no puedo permitirme hacer un mal papel: mi gente no se merece eso. El día que yo suba a contender por un cargo público es porque voy a estar seguro de que estoy listo para desempeñar una excelente función.”
Su campaña local fue diseñada y claramente pensada en un spin futuro: “Otro México renace en Monterrey”, sus discursos de campaña hablan de Monterrey, pero en el entorno del país y lo delinean como un candidato con potencia discursiva, cadencia, uso de la retórica y con capacidad de prender a las audiencias.
El equipo Colosio ha apostado a algo interesante, expresar al público que entiende su legado sin rehuirlo, y tratar de construir su diferenciación política a partir de su trabajo y sus definiciones propias. Cosa relevante de aquel 1994, como lo dijimos, es que nos trajo una generación al poder; 30 años después, rumbo a 2024, el discurso Colosista actualizado podría ser justo un cambio de esa generación.
Creo que pecaríamos de inocentes en pensar que su súbita aparición en las primeras encuestas presidenciales del 2021 fue producto de la casualidad, nos debe quedar claro que alguien hizo el famoso “testeo” político. A partir de ello es un personaje que aparece en todas las encuestas presidenciales y al menos que se baje no dejará de aparecer. También seriamos poco observadores si pensáramos que alrededor de él no hay gente con experiencia o infraestructura necesaria para insertarse en una contienda presidencial. Es claro que en la medida en que se abra más a la posibilidad del 2024 comenzará la lupa y los ataques reales a su persona, que no han sucedido y por consiguiente no conocemos su capacidad de reacción ante las crisis. Lo anterior, en “un pantano donde se arroja más lodo a quien descuella” como describe Basave y como claramente, el mismo, ve en el horizonte.