En días pasados se expuso el Latinobarómetro On-Line, cuya edición en México va por la vigésimo cuarta oleada de levantamiento; algunos hallazgos de las series temporales sobresalen, porque revelan un termómetro, de hacia dónde camina la sociedad mexicana en nuestros días, y también cómo ha cambiado a través de las series de tiempo. Algo relevante reconocido por la publicación internacional es el backsliding democrático en México, el apoyo a la democracia es el menor desde 1995 (34 por ciento) mientras que el apoyo hacia un estilo de gobierno autoritario es el mayor desde 2001 (32 por ciento).
Lo que revela esta parte de “falta de resolución” que tantos intelectuales abordaban desde la década pasada. Pero esto no es todo, incluso, 42 por ciento de la sociedad estaría dispuesta a apoyar un gobierno militar “si las cosas se ponen difíciles”, siendo éste el mayor porcentaje desde que iniciaron las mediciones; desde luego no está muy claro qué significaría que “las cosas se pusieran difíciles”, si difíciles económicamente, políticamente o socialmente; pero éste es un dato duro que revela este ánimo de la población por “encarrilar” al país.
Volviendo a la resolución de problemas; al 45 por ciento no le importaría si llegara un gobierno no democrático, quizá esto está muy ad-hoc con el meme “resolver” que ha inundado nuestras redes los últimos días, es decir “arreglar” la situación, como sea, desde dinero hasta lo que se tenga que hacer, según esta tendencia de las redes sociales, que, aunque parezca lejana, habla un poco de lo que nuestra sociedad actual espera.
La población también opina que la distribución de la riqueza está “algo garantizada”, siendo éste el mayor punto desde 2007 que se realiza esta pregunta; asimismo, la sociedad ha interiorizado que la desigualdad es completamente inaceptable; mientras que la solidaridad con los pobres ha mejorado a llegar a su máximo; y las oportunidades laborales también se ven como algo que ha mejorado.
Por otro lado, hay algo que llama la atención, el hecho de evadir impuestos se ha vuelto más justificable que antes, esto quizá tiene más relación con la base gravable formal, que ha sido la más afectada por las acciones gubernamentales como lo muestra el Inegi. Mientras la confianza en el Gobierno de manera generalizada se ha venido recuperando después de la crisis de 2017-2018, que se exacerbó con la administración priista.
Curiosamente, la gente está menos preocupada por llegar a ser víctima de un delito “todo el tiempo”, hoy esa perspectiva abarca un 26 por ciento de la población. Esto es interesante, porque a pesar de que los delitos han aumentado, la percepción social es que no están tan cerca del ciudadano. La satisfacción con la vida ha decrecido, parece que los mexicanos quieren aportar un poco a los demás, pero están viendo a su individualidad lastimada.
Hoy la población que siempre ha estado muy al centro, se siente en promedio más de centro-izquierda, después de la larga racha de predominancia de la derecha en el sentir nacional, ha decaído, de hecho, el centrismo, hoy vive su momento más pequeño desde el 2006. Mientras que el desinterés en la política es el mayor desde 2004, esto se puede deber a la falta de atractividad en las opciones; sin embargo, hay un poco más mexicanos que se encuentran de acuerdo en protestar si es necesario. El Latinobarómetro es un buen retrato de lo que los mexicanos andan pensando en nuestros días, nuestra sociedad cambia de coordenadas.