Viene un calendario electoral interesante, el 1 de septiembre tomará protesta la nueva legislatura, lo que permitirá al Presidente Obrador tener un mes en control de diputados y senadores para intentar sus reformas.
Cómo sugiere la configuración inicial del gabinete, las áreas políticas duras las tendrá el obradorismo, en la gobernabilidad (Segob), los dineros (Hacienda), la repartición de programas sociales (Bienestar), el diálogo con grupos que pueden poner en jaque al Gobierno, que son los maestros (Educación), así como la auditoría (Función Pública) , mientras que las áreas de desarrollo técnico y de gestión a los cercanos a Sheinbaum, la tecnología, la diplomacia, urbanismo, agricultura, medio ambiente, infraestructura. En el caso de la Seguridad, como se encuentra en este momento el entramado institucional, operativamente este ámbito ha sido militarizado; mientras que, en la materia económica, no es una de las secretarías prime.
Vendrá también la toma de protesta presidencial y de varios ejecutivos (Concejales, Alcaldes y Jefe de Gobierno), como el caso de la Ciudad de México, el 1 de octubre. Entre septiembre y noviembre también veremos a algunas asociaciones ciudadanas y agrupaciones políticas alistándose para la siguiente convocatoria de formación de partidos políticos y agrupaciones.
Los partidos también tendrán renovaciones de dirigencias, el PAN ya ha instalado su Comisión Organizadora Electoral que definirá en los siguientes meses su renovación, donde de no haber un cambio de estatutos, lo más probable es que el nuevo dirigente sea Jorge Romero por el amplio control del padrón que mantienen él y sus aliados. El PRI, por su parte ha llamado a Consejo Político justamente para realizar ajustes estatutarios para la extensión de mandato de Alito Moreno, y Movimiento Ciudadano apunta a realizar su renovación en diciembre, donde suena con fuerza el nombre de Jorge Máynez.
Como siempre la política tiene un grado de incertidumbre alto, sin embargo, esto es lo que se perfila entre las coaliciones dominantes de los partidos, lo relevante creo que va a ser quienes se integran a dichas coaliciones y qué reformas estatutarias vienen. El caso de Morena es distinto, hoy funciona como partido-gobierno, y dependerá mucho más de las definiciones gubernamentales; lo que cualquier analista no debiera descartar es la posibilidad (en escenario poco probable) de que López Obrador decida ser el próximo dirigente ahora que Mario Delgado será nombrado como secretario de Educación. Habrá que ver esa definición de la élite del poder en México.
En medio de este semestre, también sabremos si existen reformas legales en materia electoral, de no haberlas de manera inmediata, y de no afectarse los mecanismos de creación de partidos y agrupaciones políticas, en diciembre estaríamos observando los lineamientos que aprobará el INE para la creación de las nuevas organizaciones, por lo que en enero tendríamos las solicitudes de registro que impactarán durante todo 2025.
Veremos durante estos meses, a los grupos de reflexión y análisis de las fracciones que queden fuera de las coaliciones dominantes de los partidos políticos actuales, algunos de ellos deberán definir si se integran a nuevos partidos o si forman el propio. Ahí estarán los miembros de Sociedad Civil, del CPAC-México, el extinto PRD, México Libre, algunos sindicatos y agrupaciones afines al Gobierno (no se puede descartar la de Ebrard), y miembros del PRI que actualmente han quedado fuera de la toma de decisiones. Vendrán naturalmente las reflexiones sobre capacidades y fuerza de cada uno y sus rutas. Como se puede observar este inicio de sexenio viene recargado y con todo. Así que debemos de estar pendientes de todo esto que viene en el calendario electoral.