Elecciones y mercados
BANDA ANCHA
![Roberto García Requena Roberto García Requena](https://imagenes.razon.com.mx/files/image_940_470/files/fp/uploads/2020/05/29/5ed1abecd0408.r_d.935-488.jpeg)
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Si hay una variable que un proceso electoral no puede controlar, como el ocurrido en México el pasado 2 de junio, es la reacción de los mercados al resultado de dicho proceso.
Claudia Sheinbaum ganó de manera aplastante. Obtuvo más votos que López Obrador en 2018. No hay lugar a dudas de que la voluntad de la mayoría de los mexicanos es seguir con la transformación y visión de país que el oficialismo puso sobre la mesa.
Sheinbaum toma posesión como presidenta de este país el próximo 1 de octubre. Eso ya lo sabían los mercados financieros, tal como lo marcaban la mayoría de las encuestas serias, y ya lo habían descontado de sus perspectivas a futuro.
Lo que no habían previsto los mercados es que la victoria de Morena fuera de tal magnitud que el electorado, probablemente, le otorgue (faltan recuentos de votos, impugnaciones y fallo final) mayorías calificadas en ambas cámaras del Congreso de la Unión.
Esta situación no le gustó al capital privado y al día siguiente la Bolsa Mexicana de Valores cayó más de 6 por ciento en un día, y el tipo de cambio se depreció para alcanzar casi los 18 pesos por dólar. Los mercados son caprichosos y reaccionan rápido a señales que no les gustan.
Y digo que no les gustan porque con la mayoría calificada en el Congreso, el presidente López Obrador, y después Claudia Sheinbaum, va a poder modificar la Constitución de manera discrecional. A los mercados no les gusta tanta concentración de poder en una sola persona y estar a expensas del humor del presidente en turno, del partido o color que sea.
Basta recordar el paquete de 20 iniciativas que presentó el Presidente López Obrador el pasado 5 de febrero. Está anunciado que en el periodo legislativo que arranca el 1 de septiembre AMLO va por la reforma judicial y la desaparición de órganos autónomos como el Instituto Federal de Telecomunicaciones y la Comisión de Competencia.
Este paquete de reformas las hizo propias Claudia Sheinbaum, en su momento todavía candidata a la Presidencia. Entre ellas también se incluye una reforma electoral que podría terminar con la autonomía del Instituto Nacional Electoral y regresarle estas facultades a la Secretaría de Gobernación.
Todo esto no es del agrado de los mercados. Y a ellos no los controla nadie. Se mandan solos. Hay que decir que Sheinbaum reaccionó bien y ratificó a Rogelio Ramírez de la O en Hacienda y nombró a Juan Ramón de la Fuente como coordinador del equipo de transición. Esto ayudó a calmar la tempestad. Al menos temporalmente.