Las dos candidatas a la Presidencia de la República han empezado a esbozar algunas propuestas de qué hacer con Petróleos Mexicanos una vez que lleguen al poder, sin mencionar de dónde van a sacar el dinero para financiarlas.
Hay que decir que no existe otra compañía petrolera en el mundo, pública o privada, que tenga los niveles de endeudamiento que hoy tiene Pemex. Sus pasivos financieros ascienden a $106 billones de dólares; razón por la cual las principales calificadoras internacionales la mantienen como “bono basura”.
El negocio de refinación de gasolina es donde más pierde dinero la empresa estatal y sumado al atraso en la conclusión de la obra de Dos Bocas, tienen a Pemex al borde del precipicio. Si no fuera porque este Gobierno le ha inyectado recursos en el orden de 869 mil millones de pesos durante los últimos cinco años, la empresa hubiera tenido que cerrar hace tiempo.
Vale recordar los años de bonanza de la petrolera a principios de este siglo. La capacidad de extracción en los años 2003-2004 llegó a ser de 3.4 millones de barriles al día. Hoy tan sólo produce la cantidad de 1.8 barriles diarios. Es decir, se ha caído en casi 50 por ciento desde entonces. Y, por ende, la enorme cantidad de recursos que este Gobierno, con enfoque nacionalista, le ha transferido a Pemex.
Por parte de Xóchitl Gálvez, la candidata de oposición ha propuesto el cierre de las refinerías de Cadereyta y Madero. También ha mencionado la producción de hidrógeno como un giro de negocio de la compañía, así como impulsar la petroquímica básica.
El enfoque de esta candidata es hacia las energías limpias y ha dicho que le va a cambiar el nombre a Energías Mexicanas (Emex).
Por su lado, la candidata del oficialismo Claudia Sheinbaum, se opone al cierre de refinerías negando sus efectos contaminantes. Ahora bien, siendo ella una ambientalista de carrera, ha dicho que le imprimiría un enfoque verde a Pemex y se concentrará, como también lo propone Xóchitl, en energías limpias. En este tema, al parecer, las dos candidatas coinciden, lo cual es una buena noticia.
La principal diferencia entre las dos estriba en que la primera le quiere dar una mayor entrada a la inversión privada, y la segunda habla más de soberanía energética y de mantener el rescate por parte del Gobierno federal. Son apenas las primeras pinceladas que empiezan a delinear cada candidata sobre el rumbo que proponen para la empresa productiva del Estado.
Seguramente conforme avancen las campañas se vislumbrará mayor precisión por parte de cada una.
