¿Qué representa el modelo neoliberal?

La pregunta viene a cuento porque en una mañanera de hace unos días el Presidente López Obrador dijo que “si el modelo neoliberal se aplicara sin corrupción no sería del todo malo”, e incluso se podría tratar del “modelo económico más perfecto”.

El neoliberalismo como modelo se acuñó a mediados del siglo pasado y, palabras más o palabras menos, se trata de una corriente de pensamiento económico y político que se basa en la defensa de un sistema capitalista, en el cual las fuerzas del libre mercado funcionan como un generador de riqueza.

Dentro de las principales características de la ideología neoliberal se encuentran las siguientes:

I. Estado de derecho. Se necesita un sistema de apego a las leyes e instituciones, que favorezca un entorno de certeza jurídica, al tiempo de propiciar confianza y detonar la inversión.

II. Propiedad privada: Defiende que la gran mayoría de los bienes y factores de producción debe ser de propiedad privada.

III. Papel del Estado: No plantea la supresión del Estado, pero si plantea límites de algunas funciones, particularmente en tareas de producción en la economía.

IV. Libre mercado: Defiende la total libertad del mercado como la manera óptima de asignación de recursos.

V. Desregulación: Aboga por una desregulación de los mercados, permitiendo una mayor libertad en ellos.

VI. Impuestos: Persigue una reducción de los impuestos, que a su vez incentive la actividad económica privada.

Habrá quienes sean partidarios de este modelo, incluido el que suscribe este artículo, y, habrá quienes lo critiquen y denosten, pero lo llamativo del asunto es que López Obrador lo apellide como posiblemente el mejor modelo económico. Claro, con la salvedad de que fue la corrupción la que lo llevó al traste en México, según el Presidente.

La buena noticia es que si AMLO de verdad cree en el modelo neoliberal, y en su gobierno se ha mitigado la corrupción como él mismo declara con insistencia, se podría retomar este camino hacia la prosperidad económica.

Sin dejar a un lado las políticas redistributivas del ingreso, como lo son los programas sociales, sello de esta administración, el Presidente López Obrador y su gobierno podrían empezar a mandar señales de favorecer un modelo neoliberal para la última etapa de su sexenio.

Se podría empezar con dar confianza a la inversión privada, nacional y extranjera, a través de fortalecer el Estado de derecho y generando un clima de certeza jurídica y reglas claras que garanticen el flujo de capitales y su retorno esperado. Ojalá y de verdad se retome este camino y modelo hacia adelante.