Rodrigo López San Martín

Lecciones del primer domingo electoral en pandemia

ES LA ESTRATEGIA...

Rodrigo López San Martín
Rodrigo López San Martín
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El domingo pasado se llevaron a cabo elecciones locales en Coahuila, para elegir diputados al congreso local, y en Hidalgo, para elegir presidentes municipales.

Estos procesos, que debieron llevarse a cabo en el verano pasado, son las primeros que vivimos en el México de la nueva normalidad por la pandemia del Covid-19.

Para sorpresa de muchos, el contundente ganador de la jornada fue el PRI. En Coahuila, se llevaron 16 de 16 distritos locales, mientras que en Hidalgo se alzaron con el triunfo en 32 de 84 alcaldías, incluida Pachuca, la capital del estado. Y aunque sin duda, el mayor derrotado fue Morena, los resultados podrían ser más preocupantes para el PAN.

Para el PRI, los resultados son un tanque de oxígeno. El discurso triunfalista que han gritado a los cuatro vientos esta semana era algo que tras la vapuleada de 2018 se veía muy lejano para ese partido. Y demuestran, además, que al menos en los territorios donde son gobierno, su capacidad de operación territorial sigue intacta.

Aunque tampoco pueden engañarse y pensar que los resultados del domingo son un reflejo de que la sociedad mexicana ya “los perdonó”. En todas las encuestas a nivel nacional, el PRI sigue siendo el partido con el mayor rechazo.

Pero, para ellos, y para quienes serán candidatos de partidos en el gobierno, la pandemia puede ser un gran mejor aliado al ser un factor que disminuirá la participación electoral, que este domingo fue menor al 40%, y eso potencia el efecto del voto movilizado por las estructuras.

Pero sin duda, estos resultados para el PRI marcan una lógica estratégica obvia rumbo a 2021: concentrar recursos y esfuerzos en los territorios que aún controlan con relativa buena imagen de sus gobiernos, como Sonora, Campeche y Sinaloa. Buscar dar batalla apostando a que su operación territorial se sume a una baja participación.

Para Morena, los resultados son, sin duda, una derrota. Porque se confirma que, al igual que en Tamaulipas, Aguascalientes y Durango, en 2019, las elecciones a nivel distrital y municipal son su talón de Aquiles.

La lección para Morena es clara: necesitan de la presencia de AMLO en el debate local para empujar a sus candidatos. Porque cuando la participación electoral es baja en estados donde son oposición, sus perfiles locales no alcanzan para competir. Y los programas sociales no parecen haberse traducido aún en estructuras sólidas.

Para el PAN, el saldo es quizá el más negativo. En Hidalgo, donde gobernaban algunas de las alcaldías más grandes, se fueron a un claro tercer lugar en ciudades tan importantes como Pachuca. Y en Coahuila, donde históricamente habían competido y ganado varios distritos, se fueron en blanco.

Para entender su derrota, deben enfocarse en la región donde históricamente habían sido más competitivos y hoy fueron arrasados: Torreón y la zona de La Laguna. Ahí, una vez más, las divisiones internas fueron su peor enemigo.

La explicación es clara: las disputas internas orillaron al exsenador y diputado electo por ese partido, Luis Fernando Salazar, a renunciar a su militancia. Un perfil joven y con alta proyección hacia la gubernatura, se llevó todo su capital político a las filas de Morena, y evidentemente ese boquete los mandó en dos de los tres distritos de esa ciudad al tercer lugar.

Increíblemente, las cuestionables decisiones de la dirigencia nacional parecen estar generando las mismas condiciones en muchos estados rumbo a 2021. Nuevamente, el PAN es el peor enemigo del PAN.

En general, muchas lecciones para los principales partidos en esta primera jornada electoral dentro de esta nueva normalidad. El cálculo de la baja participación electoral debe considerarse casi un hecho. Y con ella, la popularidad del presidente o de los partidos en las encuestas nacionales, no necesariamente se refleja en los resultados.