El México de 2025

ES LA ESTRATEGIA...

Rodrigo López San Martín<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Rodrigo López San Martín*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

La política, tanto en México como en el mundo, sigue una lógica electoral. Pedirle a un político no pensar en la próxima elección es imposible.

Pero a menudo, los grupos y liderazgos políticos que mejor parados quedan tras las coyunturas, son los que tienen la capacidad de ver a largo plazo. Más allá, de la siguiente elección.

En México, el presidente Andrés Manuel López Obrador abrió, desde hace un año, oficialmente el juego sucesorio. Sus tres “corcholatas”, Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López, son más precandidatos, que servidores públicos en funciones.

Del lado de la oposición, a pesar de no despuntar algún nombre en específico, el debate también gira alrededor de la elección presidencial de 2024.

El PAN, como primera fuerza de oposición, hace lo correcto al buscar construir una alianza que pueda posicionarse como la alternativa frente a Morena. Pero mal haría en olvidarse completamente del futuro.

Hoy, el escenario más probable es que Morena refrende la Presidencia de la República en 2024. Pero aún si esto se cumple, el próximo o próxima presidenta, tendrán un poder mucho más acotado al del presidente López Obrador. Quien se imponga, no se acercará al liderazgo y el arrastre de AMLO durante su sexenio.

Por eso, tanto desde la oposición, como desde dentro de Morena, mal harán quienes hipotequen el futuro a cambio de esas ansiadas candidaturas presidenciales.

Porque después de 2024, el país seguirá. Pero será un país muy distinto.

Bajo esta lógica, decidiendo con quien construye esa alianza hacia 2024, el PAN podría decidir qué oposición encabezará los siguientes seis años. Tiene frente a si la oportunidad de enterrar a su enemigo histórico, el PRI, de una vez por todas. Y también al PRD.

Con esto, el próximo sexenio podría ser muy positivo para Acción Nacional. Estarían en gran posición para recuperar, en 2027 y 2028, entidades que a lo largo de este sexenio ganó Morena en donde históricamente no había tenido presencia, como Sonora, Sinaloa, Baja California, Baja California Sur, San Luis Potosí, Quintana Roo o Tamaulipas. Y desde ahí, construir un triunfo electoral en las elecciones presidenciales de 2030.

Dentro de Morena, también los equilibrios de fuerzas se transformarían. Aun con un triunfo en 2024, el próximo o próxima presidenta tendrá que hacer mucho mayores concesiones entre las diferentes corrientes internas para construir su gobernabilidad.

Para este escenario, nadie parece estarse preparando mejor que el coordinador de los senadores, Ricardo Monreal. Hoy, es él quien más gobernadores es capaz de articular y eso será oro puro los próximos seis años.

México no se agota en 2024. En 2025 el país seguirá, pero se transformará. Y, desde hoy, veremos quién se prepara mejor para ese futuro.

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