Segundo juicio político a Trump

ACORDES INTERNACIONALES

Valeria López Vela
Valeria López Vela larazondemexico

En junio de 2016, el candidato Donald Trump tuiteó: “Es verdad lo que publicó USA Today, tengo 450 demandas ganadas, 38 perdidas. ¿No es eso lo que quieren para Presidente?”. La respuesta debió ser la misma —entonces y ahora—: no.

Con independencia de los resultados de los procedimientos, la pregunta que debieron hacerse los votantes era ¿por qué un hombre decente tendría tantas demandas? No es razonable pensar que una persona con tantos litigios se caracteriza por respetar la ley; todavía menos, cumpliría y haría cumplir la Constitución.

Por ello, no es sorprendente que Trump enfrente su segundo juicio político, aun cuando ya no es presidente, pues los juicios políticos están diseñados para que los altos funcionarios del gobierno puedan ser juzgados por las acciones. Y la imputación ocurrió durante su mandato.

Los abogados de Trump insistían en que el juicio no era viable dada la impunidad presidencial —denominada, la excepción de enero. Sin embargo, con 89 votos a favor y 11 en contra, los representantes y senadores determinaron que era viable juzgar a Donald Trump; es decir, hay un caso que debe ser investigado y, si lo determina el veredicto, sancionado.

El cargo que se le imputa a Donald Trump es el de incitación a la violencia para la insurrección; se espera que si se encuentra culpable, Trump sea inhabilitado para postularse para cualquier cargo político y, con ello, debilitar al movimiento trumpista. Además, perdería los beneficios que tiene como expresidente: recibir informes de la CIA, financiamiento para él y la ex primera dama, invitaciones, entre otros.

De manera paralela, que se haya iniciado el juicio político abre la puerta a innumerables casos civiles de las personas que fueron afectadas por el asalto al Capitolio; finalmente, la incitación a la violencia es un crimen federal, con una pena de diez años que podría solicitar el fiscal de Washington.

La imputación se fundamenta en las palabras y los silencios del expresidente Trump antes, durante y después del allanamiento al Capitolio. Para ello, el fiscal presentó un video que recogió las declaraciones de Trump descalificando el resultado electoral, dando indicaciones a sus seguidores, guardando silencio durante los momentos críticos y, al final, despidiéndolos con amor y enviándolos a sus casas reconociendo su frustración.

Quisiera recoger, como ejemplo, frases de los discursos de Trump y algunas consignas de los manifestantes:

El todavía presidente dijo: “Peleen hasta las últimas consecuencias” y “Luchen como en el infierno porque si no ya no van a tener país”. Por su parte, los asaltantes corearon: “Peleando por Trump”, “Traición” y “Detengan el robo”. Hay, pues, una continuidad discursiva y de acciones entre Trump y los asaltantes del Capitolio.

El juicio quiere que Trump sea responsable por la conspiración poselectoral; además, es un reclamo por la falta de respeto a los procesos y las instituciones de la democracia. Lo dicho, nunca tuvo la solvencia —intelectual, moral ni política— para ocupar la Casa Blanca.

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