Valeria Villa

El culto de los terapeutas instagrameros

LA VIDA DE LAS EMOCIONES

Valeria Villa
Valeria Villa 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Las creencias influyen nuestra forma de vivir y entender pasado y presente. Somos capaces de creer las mentiras que nos convienen, por ejemplo, estar convencidos de que el cáncer se cura cambiando de alimentación o que los antidepresivos no son necesarios si se tiene suficiente fuerza de voluntad. En ambos casos la consecuencia puede ser mortal.

En el podcast Sounds like a cult que conducen la escritora Amanda Montell y la comediante Isa Medina, se critica los cultos modernos: el culto del futbol americano, de los multiniveles, de la astrología, de Tony Robbins y de los terapeutas de Instagram, entre otros. Los terapeutas en las redes sociales se multiplicaron en los últimos dos años, aprovechando que el trauma colectivo de la pandemia aumentó la búsqueda de ayuda profesional. La mayoría de los terapeutas con experiencia y estudios profesionales tienen lista de espera y el costo de la terapia particular no es accesible para toda la población. Es una desgracia que el lugar de los terapeutas haya sido suplantado por los influencers de la salud mental, que con palabras pegajosas, fórmulas accesibles y explicaciones simples, le dicen a la gente qué hacer con su vida. El contenido tiene una estética tan cuidada que es imposible no preguntarse si estos “terapeutas” tienen pacientes en la vida real porque armar una cuenta así requiere de trabajo de tiempo completo. En tiempos tan difíciles como los recientes, puede ser tentador buscar que alguien “con autoridad” nos diga qué hacer y que en unas cuantas frases simplifique temas tan complejos como los dolores de la infancia. El objetivo es hacer contenidos digeribles, fáciles y rápidos para el consumo. Las fórmulas simples no quieren preguntas, sólo seguidores convencidos de que aprenderán a amarse, superarán adicciones, dejarán para siempre la tendencia a las relaciones tóxicas y creerán con fe religiosa en el poder de la autosanación. La gente más vulnerable frente a estas cuentas, es la que nunca ha vivido la experiencia de una psicoterapia profesional o que desesperada, quiere creer que encontrará todas las respuestas en un método, libro o taller milagroso. Un ejemplo de las frases de estas cuentas: “Dar demasiadas explicaciones es una respuesta traumática que viene del miedo al abandono o al rechazo”. Esta afirmación es tan general que cualquiera puede identificarse con ella. Con frases cortas, máximas infalibles, la promesa de un cambio radical de paradigma, la oferta de la cura, estas cuentas alcanzan muchos miles de seguidores. Que te enseñarán a sanar y a crear una nueva versión de ti mismo es un delirio mesiánico. Una mentira de alguien que se cree gurú.

Por contraintuitivo que parezca, la terapia profesional no suma cientos de miles de seguidores y tampoco se basa en el carisma o popularidad del terapeuta. Al contrario: La relación de una terapeuta profesional con sus pacientes es confidencial, humana, personalizada y está lejos del culto a la personalidad. Muchas cuentas de terapeutas de Instagram denuncian con poca responsabilidad, el uso de medicamentos psiquiátricos, basando estas posturas en teorías de la conspiración. También se caracterizan por ser un negocio redondo. Venden libros, productos y salud mental en cinco sencillos pasos o en videos de dos minutos. El costo de recurrir por desesperación a estas opciones de corto plazo será una crisis emocional agravada. Nadie con un mínimo de ética intentará decirle a los demás cómo vivir su vida. Los terapeutas de Instagram tienen fans, no pacientes. Venden cosas tan ridículas y sin sustento como una terapia de golpecitos en la cara para disminuir la ansiedad o baños de agua helada para “domar al ego”. La celebridad y la salud mental nunca van de la mano. La autopromoción burda está muy lejos de una psicoterapia profesional.

Si usted no puede o no quiere pagar una terapia privada, existen institutos de formación e investigación psicoanalítica, centros comunitarios de universidades que imparten licenciatura, maestría y doctorado en psicoterapia como la Universidad Intercontinental, asociaciones civiles que trabajan con familias y parejas, como el IFAC o el ILEF, la Asociación Mexicana de Psiquiatría, el Consejo Mexicano de Psicoterapia y muchas otras asociaciones afines.